WALTER
BULACIO
Un
torturado y asesinado que busca JUSTICIA
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
5
de septiembre del 2013
El
19 de abril de 1991, en horas de la noche, Walter Bulacio y
otros miles de jóvenes, pero en particular 73 adolescentes
más querían ingresar al estadio de Obras Sanitarias
de la Nación, ubicado en el barrio de Núñez,
para ingresar al recital de los Redonditos de Ricota.
Luego viene algo que ya ha pasado a ser normal o común
en una realidad que va contra la corriente de la Justicia y
los Derechos Humanos en nuestro país.
Walter
y los 73 jóvenes son detenidos, Walter tenía 17
años, sufre privación ilegal de la libertad, es
torturado y muere posteriormente.
El
juicio que llegará con una demora de más de 22
años, comenzará el 24 de septiembre próximo,
el implicado el comisario ya jubilado Miguel Ángel Espósito
será juzgado por la privación ilegal de la libertad
de Walter Bulacio
María
del Carmen Verdú, abogada de la causa Bulacio, sostuvo
sobre el juicio oral y público “llega tarde y mal
porque Espósito es el único imputado y porque
nadie será juzgado por la muerte de Walter, quien falleció
a consecuencia de la tortura física y psicológica
sufrida durante su detención ilegal, junto con otros
73 jóvenes”, estas palabras se las dijo al diario
capitalino: Página/12. Verdú es referente de la
Correpi y hace más de dos décadas viene peleando
para que se haga justicia en un caso alegórico, representativo
de la violencia estatal, a través, en este caso, de la
Policía Federal.
Este
24 de septiembre, el caso Bulacio cumplirá 22 años
y cinco meses de aquel día y venciendo todos los obstáculos
que frenaron esta causa que incluso había sido declarada
prescripta en noviembre del 2002. En ese momento ya había
pasado por el análisis y los fallos de 27 jueces, sumando
dos intervenciones, hasta ahí, de la Corte Suprema de
Justicia.
EL
PAPEL DE LA CORTE
La
Corte tuvo que reabrir la causa judicial en diciembre del 2004,
al acatar la sentencia dictada en septiembre del 2003 por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que condenó
al Estado argentino a reabrir la investigación y adecuar
su legislación para impedir el accionar arbitrario de
las fuerzas de seguridad.
Walter
Bulacio y los otros chicos fueron detenidos por “averiguación
de antecedentes”, sin dar intervención a la Justicia.
El fallo de la CIDH consideró que “son inadmisibles
las disposiciones de prescripción o cualquier obstáculo
de derecho interno mediante el cual se pretenda impedir la investigación
y sanción de los responsables de las violaciones de derechos
humanos”, porque eso consagra una situación “de
impunidad” que impide “saber la verdad”.
Los
jueces Rodolfo Goerner, María Deluca Giacobini y Alejandro
Litvack, del Tribunal oral 29, serán los encargados de
llevar adelante el juicio que se iniciará a partir de
las 10 de la mañana.
Esta
es la tercera vez que se fija una fecha para el inicio del juicio
oral. La anterior había sido fijada para junio del 2011.
Las demoras se deben a los planteos formulados por la defensa
de Espósito, encabezada por Pablo Argibay Molina.
En febrero del 2007 la sala sexta de la Cámara del Crimen
resolvió apartar de la causa al penalista Argibay Molina,
que a pesar de todo sigue firme en la escena. Los camaristas
argumentaron, en esa ocasión, que el abogado había
empleado “todos los recursos judiciales contemplados por
la ley” para “oponerse a las sucesivas decisiones
contrarias a su cliente y así extender los tiempos judiciales”,
retrasando el proceso.
En
lenguaje corriente, lo que hicieron los jueces fue castigar
al letrado por entender que apeló a “chicanas”
legales con la única intención de dilatar el proceso
para llegar a la prescripción, como lo había logrado
en noviembre del 2002.
En
esta nueva etapa, después de la reapertura de la causa,
Argibay ya logró dos postergaciones. La elevación
a juicio del caso Bulacio se hizo hace cuatro años. Argibay
sigue insistiendo en que la imputación contra su defendido
es “totalmente nula” porque Espósito “estaba
autorizado a detener a Bulacio, basado en normas y reglamentos
vigentes” en el momento del hecho.
María
del Carmen Verdú, sostuvo, en cuanto a lo que podría
pasar en el juicio contra el comisario: “no se discute
la cuestión de fondo, que es la muerte de Walter y tampoco
las torturas a las que fueron sometidos los otros 73 chicos.
Lo grave es que hoy, todavía, la policía sigue
realizando las mismas detenciones y sigue torturando a los chicos.
En este juicio, para la fiscalía la pena máxima
que se podría dictar, por la privación ilegal
de la libertad, es de cinco años y para nosotros, como
querellantes, seis años. Muy poco, para la gravedad del
hecho”.
La
primera testigo del juicio será Graciela Scavone, la
mamá de Walter Bulacio. El procesamiento de Espósito
en esta causa data del mes de mayo de 1991, pero nunca estuvo
detenido. El tribunal que lo enjuiciará dispuso un operativo
médico especial, porque el único imputado tiene
serios problemas de salud. Muchos de los testigos van a ser
policías que participaron en la razzia que terminó
con 74 detenciones.
“Es curioso, pero en algunos planteos realizados en los
últimos tiempos hemos coincidido con la defensa de Espósito.
Ellos dicen que él hizo lo que hacen todos los comisarios.
Estamos de acuerdo, pero nosotros querríamos verlos imputados
en el mismo juicio a todos los que participaron en el operativo
y a los mandos superiores”, recalcó Verdú.
Para la querellante “todos los gobiernos, desde (Carlos)
Menem hasta el actual, han contribuido a que el caso siga impune,
porque todos han puesto trabas que han demorado la condena a
los culpables”.
LA
ABUELA RAMONA
María
Ramona Armas tiene 84 años y es la abuela de Walter,
en una actitud increíble fue concurriendo a cada acto
en el que se pide justicia por su nieto.
Se
espera su presencia en el juicio oral, a pesar que ha superado
una dolencia que la obligó a la internación en
terapia intensiva. Otro puntal de la familia, en cuanto al reclamo
fue su papá, el padre de Walter, Víctor Bulacio,
quien falleció en abril del 2000.
La
posta en el reclamo familiar fue tomado por los hermanos de
Walter, hermanos de un segundo matrimonio de Víctor:
Tamara tiene 20 años, y Matías 18. No pudieron
conocer a su hermano.
FUENTES:
diarios varios.
Producción:
Haydeé Dessal.
Caracteres:
6335