JUAN
CARLOS CENA RECUERDA A AGUSTÍN TOSCO
SE CUMPLIERON 40 AÑOS DE SU MUERTE
MIENTRAS GARCÍA REY LO BUSCABA DESESPERADO, LOS FERROVIARIOS
LO SACABAN EN TREN…
Por
la Redacción de Latitud Periódico
22
de noviembre del 2012. Actualizado el 30 de mayo del 2016
Hace
unos años, entregamos este reportaje donde Juan Carlos
Cena habla del Gringo Tosco, a quien conoció en los tiempos
duros de aquella otra dictadura, la autodenominada Revolución
Argentina. En esta entrevista nos comenta cómo era aquel
dirigente obrero, pero lo esencial es cómo se solidarizaron
y trabajaron mancomunadamente los ferroviarios para hacerlo
invisible al gringo Tosco...
En
la
Conspiración de los Iguales... Una crónica literaria
sobre un hecho real.
COMO
DICE SIEMPRE CENA: ¨EL TREN DE LOS CONSPIRADOS¨ LA CONSPIRACIÓN
DE LOS IGUALES.
Entregamos
esta entrevista que realizó nuestro colega y que ha sido
publicada en otros portales. Pero, como Juan Carlos Cena es
parte integrante de este portal, creemos esencial entregar este
reportaje donde nos habla del gringo Tosco.
En
tiempos de lucha, de paros, del reciente paro nacional, donde
en lugar de analizar y entender el porqué de la protesta,
se prefiere la denigración, la diatriba, las formas condenatorias
de sus convocantes, en lugar de comprender que cuando la huelga
atraviesa al conjunto del Movimiento Obrero es porque algo está
cambiando, que un sinnúmero de complejos entretejidos
han explotado y llevan a que los trabajadores decidan ser participantes
activos de la protesta y, de esta forma, dejan un mensaje…
Es
obligación de los gobernantes saber leer el clamor del
movimiento obrero, tal como se ha dado la continuación
de las reacciones, parece imposible lo que debiera ser…
ACLARACIONES:
Abajo las volcamos sobre personajes que se citan y palabras
que están en un lenguaje coloquial.
Los
dejamos con el reportaje.
JUAN CARLOS CENA recuerda a Agustín
Tosco al cumplirse 37 años de su fallecimiento.
Mientras el comisario García Rey lo buscaba desesperado
por toda Córdoba, el “Gringo” se le había
escapado en un tren.
Por
Mario Hernández * especial para Latitud Periódico
Mario
Hernández (MH): Continuamos conversando con Juan Carlos
Cena que tiene publicados varios libros como El Ferrocidio y
recientemente Ferrocarriles Argentinos, también El Guardapalabras.
Juan
Carlos Cena (JCC): Ese es el primero.
MH:
Una suerte de historia de vida, un poco biográfico.
JCC:
Me usé como excusa para contar la vida ferroviaria.
MH:
Después un libro de cuentos.
JCC:
Crónicas del terraplén.
MH: Recuerdo el cuento de escribiste sobre Agustín Tosco
[*] en El Cordobazo.
JCC:
“La conspiración de los iguales”.
MH:
Un libro que publicaste en oportunidad de cumplirse 30 años
de esa movilización popular.
JCC:
Va a salir reeditado en marzo.
MH:
Allí hay precisamente un cuento que tiene por protagonista
a Agustín Tosco.
JCC:
Es cuando Tosco está perseguido por la Triple A, cuando
el gobierno de Perón interviene la provincia de Córdoba
y los corre a Obregón Cano y Atilio López. Tosco
pasa a la clandestinidad y lo esconden los curas del Tercer
Mundo, el cura Nasser ** se hace cargo de él, lo envía
a las sierras y envía una monja catequista a cuidarlo.
Tosco estaba enfermo y había que sacarlo de la provincia
porque se estaba agravando y además quería venir
a Buenos Aires a reunirse con los dirigentes políticos.
Como no había manera de sacarlo, los compañeros
de Luz y Fuerza comienzan a conspirar y se juntan con los ferroviarios
para darle la salida. Se arma toda una conspiración.
El día que tenía que salir lo traen a una casa,
provocan un gran apagón en la terminal de ómnibus
y en el ferrocarril y con la oscuridad lo meten en un vagón-dormitorio.
El camarero ya sabía que iba Tosco acompañado
de Magni ** que lo iba cuidando con otro compañero más.
A los 5’ se restablece el servicio eléctrico. La
policía vigilaba todo. Lo único que no paraban
eran los trenes. Me contaron que fueron los 5’ más
largos de sus vidas hasta que sonó la campana de salida
y arrancó el tren. Cuando empezó el traqueteo
para ellos fue, como siempre lo cuentan, una sinfonía
de liberación.
En Ferreyra, a la salida de Córdoba, cuando aceleró,
se sintieron a gusto. Se inquietaron cuando paró en Villa
María que era una parada obligatoria aunque allí
ya no había tanta custodia.
En
Rosario cambian el personal ferroviario y les dan las últimas
indicaciones de que iban a parar pasando José León
Suárez. Al “Gringo” Tosco lo bajan y se lo
llevan a Retiro en otro tren, es decir, hay toda una confabulación.
Mientras el comisario García Rey lo buscaba desesperado
por toda Córdoba, el “Gringo” se le había
escapado en un tren.
Una
vez en Buenos Aires habló con todo el mundo, pero cuando
regresa nos contó que la única que había
tenido una actitud firme en contra del golpe fue Alicia Moreau
de Justo. Siempre lo decía, todos los demás políticos
fueron con evasivas dando a entender que preferían el
golpe contra Isabel Perón. El “Gringo” insistía
que iba a ser peor pero la única que coincidió
con él fue Alicia Moreau. Tosco lo reconocía siempre,
todos los demás fueron oportunistas, hablaban de un gobierno
cívico-militar, el Partido Comunista (PC), los radicales,
Alfonsín, todos. Así lo contaba el “Gringo”.
Como
estaba muy enfermo, lo vuelven a sacar para traerlo a una clínica
donde finalmente muere. En Córdoba ya se sabía
y lo quieren velar en el club Redes Cordobesas. Tenían
el cuerpo en una camioneta y cuando lo descargan no permitieron
hacer el velorio porque no tenía certificado de defunción,
entonces lo llevan a pulso directamente hasta el cementerio
San Jerónimo, un día lluvioso. La multitud era
infernal. Al entrar al cementerio hay como un bajío que
estaba lleno de gente y el comisario García Rey, que
nunca lo pudo detener, no se lo pudo tragar y comenzó
a reprimir a los tiros. Entonces, los compañeros escondieron
el cajón adentro del cementerio, entró la policía
y no lo pudieron encontrar porque lo habían puesto en
un panteón de gente de mucha guita *****. Siempre nos
preguntamos cómo habrá sido el diálogo
del “Gringo” con esos muertos, seguramente protestándoles
a los cabrones porque eran explotadores. Era un panteón
tipo romano donde estuvo mucho tiempo escondido hasta que pudieron
sacarlo y pasarlo a un nicho.
El
“Gringo” es producto de todo un conjunto de compañeros,
de un momento histórico de Córdoba.
MH:
Escuchábamos la voz de Agustín Tosco y luego a
Jauría y su tema dedicado al “Gringo”, el
grupo de Ciro Pertussi. ¿Qué se te ocurría
escuchándolo?
JCC:
Buena pregunta porque escuchándolo al “Gringo”
se te viene el pasado encima, las imágenes, es lo que
me ocurre siempre, uno empieza con la nostalgia, con la memoria,
te acordás del contorno, de los compañeros, es
un retorno al pasado, con esa voz, con esa seguridad, con ese
cuadro obrero que teníamos en Córdoba y que no
habíamos valorizado como se hace ahora. El “Gringo”
era parte del paisaje como tantos otros, teníamos muchos
cuadros obreros, algunos dentro de Luz y Fuerza y otros que
pertenecían a otras organizaciones. El “Gringo”
es producto de todo ese conjunto de compañeros, de un
momento histórico de Córdoba, no nace de una flor
o dentro de un almácigo de zapallo, es parte de ese proceso
que viene desde los comienzos de la industrialización
cordobesa, cuando se proletariza.
MH:
Fue secretario general del sindicato siendo muy joven, a los
27 años.
JCC:
El estudiaba de técnico en la escuela Presidente Roca.
Siempre tuvo la inquietud por leer, le viene de cuando vivía
en su pueblo. Siempre tuvo la idea de la capacitación,
de la superación, de escuchar todas las voces. Hay una
historia que muy pocos la cuentan, él nunca fue a una
conferencia de prensa solo porque decía que podía
hablar cualquiera de sus compañeros. Tampoco iba solo
a los actos. Los periodistas querían hablar solo con
él y siempre lo vas a ver rodeado de compañeros.
MH:
Recuerdo la foto que publicamos en la tapa de La Maza donde
aparece explicándole a un compañero el manejo
de una máquina.
JCC:
Ese compañero todavía vive. Lo vi cuando estaban
colocando una placa de Tosco en La Cañada. El “Gringo”
le estaba enseñando.
MH:
Vestido de overol.
JCC:
Claro, porque el “Gringo” era secretario general
del sindicato y al mismo tiempo ocupaba su puesto de trabajo.
MH:
Interesante compararlo con los actuales secretarios generales
de los sindicatos.
JCC: Tosco nunca tuvo licencia gremial porque no la quiso. Decía
que tenía que estar todos los días porque los
compañeros le “cepillaban”, lo armaban. Solo
descansaba los lunes porque el tema excluyente era el fútbol.
Era
una obligación, era parte de la militancia enseñarle
el oficio a otro compañero. Eso también sucedía
en el ferrocarril. Tosco era técnico electromecánico.
Hay historias mal contadas o no contadas. Siempre hablaba de
la rotación en el cargo sindical y un día dice
yo me voy a laburar y lo destinan a colocar las torres de alta
tensión. Lo mandan no solo porque era un gran técnico
sino porque de esa forma lo alejaban de la ciudad. El “Gringo”
trabajaba en un campamento en el medio del campo y los compañeros
le decían que si no quería trabajar se durmiera
una siestita, que seguían ellos y él les contestaba:
‘si Uds. no duermen, yo tampoco’. Eso lo cuentan
sus ex compañeros.
Pero llegó un momento, esto me lo contó Felipe
Alberti, que en el sindicato dijeron que se dejara de joder
con la rotación y lo fueron a buscar diciéndole:
‘“Gringo” se acabó, tenés que
volver, dejate de joder’.
En
el ínterin se había ganado unos cuantos pesitos
por los viáticos por desarraigo y había aprovechado
para pintar la casa, le había comprado un lavarropas
a la mujer, un fitito ** para él y un triciclo al nene.
MH:
Igualito a Cavalieri, ¿no? (Risas).
JCC:
¡Mamita querida! Y seguía insistiendo que no podía
volver porque los compañeros tenían que rotar
y no da el brazo a torcer hasta que Alberti lo provoca diciéndole:
‘lo que pasa es que vos sos un cagón, por eso no
querés volver’. Entonces el “Gringo”
volvió, la mujer se separó y él se quedó
con sus compañeros durmiendo en el cuarto piso de la
sede sindical. ¿Qué más le podés
pedir a un tipo así?
MH:
Una sede sindical que también estaba abierta a los estudiantes.
JCC:
En la época que Onganía cierra los Centros de
estudiantes, Tosco hizo una asamblea con ellos y les ofreció
el sindicato para que continuaran su actividad, pero les advirtió
que si le pintaban una sola pared los echaba. (Risas). El sindicato
estaba recién pintado. Los estudiantes tenían
adoración por Tosco, lo mismo que los Centros vecinales.
Había 110 centros que participaron del Cordobazo organizadamente.
Vicario era el secretario general y en esa época hicieron
una gran marcha contra el aumento de los impuestos y los reprimió
la policía, entonces se refugiaron en Luz y Fuerza.
Pensar
en pelearse porque pensaran diferente era imposible.
MH:
Días pasados recordábamos con Vicente Zito Lema
los hechos de la fuga de Trelew a propósito del juicio
realizado después de 40 años del hecho. Tosco
estaba detenido en el mismo penal y fue invitado a fugarse y
se negó, aunque después de la masacre ayudó
a contener a los compañeros sobrevivientes.
JCC:
Fue a uno de los primeros que invitaron a escaparse y les dijo
que si salía sería porque lo sacaba el pueblo,
si se fugaba tendría que vivir en la clandestinidad y
no servía, no obstante, los ayudó con alguna logística
interna. Cuando se enteran de los fusilamientos en la cárcel
se produce un silencio sepulcral y la primera voz que se escucha
es la de Tosco pidiendo que no se queden en silencio, porque
si se callan la boca entonces sí los compañeros
estarían definitivamente muertos.
Te
la hago corta porque me emociono. El “Gringo” los
alienta, muchos compañeros que no tenían afinidad
política lo recuerdan. Estuvo media hora gritando y los
termina levantando. Juega un papel.
Me
acuerdo en el palco donde está con René Salamanca
por un paro local en solidaridad con el Smata, también
estaba Firmenich de colado y dos compañeros del PRT.
Había discrepancias entre Tosco y René pero el
día que la Triple A asalta la sede de Luz y Fuerza, René
estaba adentro y la gran preocupación del “Gringo”
fue que lo cuidaran. Entonces, lo bajan al sótano y le
hacen una cueva con cajones de cerveza y lo esconden adentro.
Esto quiero contarlo porque no estar de acuerdo en algunas cuestiones
políticas e ideológicas, no significaba romper
la unidad, tenerse bronca o no andar juntos. Ahí no ocurría
ser amigo de acuerdo a qué secta pertenecías.
En el sindicato de Luz y Fuerza había compañeros
del PC como Grigaiti que era el tesorero y Tosco lo llevaba
a todas partes porque le cuidaba el centavito, si era un tipo
probo no le interesaba de dónde venía. Su amigo
de discusión también era del PC, Caffaratti ***dio
parecido fisonómicamente a Gramsci, con quien tenía
grandes discusiones, pero pensar en pelearse porque pensaran
diferente era imposible o con Di Toffino que era peronista.
Cuando
viene el golpe, Di Toffino en lugar de esconderse vuelve al
laburo ***** diciendo que si los compañeros lo precisan
lo tienen que encontrar en el trabajo. Allí lo chupa
el III Cuerpo de Ejército, lo torturan y luego lo fusilan
junto a otros compañeros, en presencia del General Menéndez,
a quienes les dice vamos a bañarnos y afeitarnos, tampoco
nos dejemos poner la venda en los ojos y muere gritando ¡Viva
la clase obrera!
Eso
se escapa de los manuales y de la cueva de las sectas. Estamos
muy sectarios. Están los trostkistas 1, 2 y 3, los marxistas
1, 2 y 3, los populistas 1, 2 y 3. Estamos todos locos. Esta
división es un triunfo del enemigo. Pero ocurrió
no solo en Córdoba sino en muchas otras partes del país
donde se planteaba la unidad como algo fundamental.
Me
acuerdo de los dos Rosariazos. Era la unidad de la clase obrera
y el pueblo y el papel de los intelectuales que muchas veces
cuando desfilábamos y peleábamos estaban en el
cordón de la vereda. Recuerdo a León Rozitchner
**** cuando en una charla con vos te dijo que el intelectual
también tenía que poner el cuerpo.
Nota:
[*] Agustín Tosco (1930-1975) es elegido secretario general
del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba en 1957. Tuvo
una actuación relevante en El Cordobazo. Participa de
El Viborazo (15/3/1971) permaneciendo preso en la cárcel
de Rawson. Durante la intervención del Brigadier Lacabanne
(1974), la Empresa Provincial de Energía de Córdoba
será intervenida y Tosco cesanteado. Pasa a la clandestinidad,
enferma y fallece el 5 de noviembre de 1975.
ACLARACIONES
**
Fitito: Se refiere al Fiat 600.
**
Magni: trabajador de EPEC / miembro del Secretariado de Luz
y Fuerza de Córdoba.
** El cura Nasser: cura del Movimiento de Sacerdotes para el
Tercer Mundo.
***
Caffaratti: Alberto Caffaratti era trabajador de la Empresa
EPEC de Córdoba. Y fue desaparecido el 12 de febrero
de 1976.
****
León Rozitchner: filósofo que falleció
hace unos meses.
*****
Guita: es dinero / Laburo: es trabajo.
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