CARTA
DE JUAN DOMINGO PERÓN AL RECIBIR LA NOTICIA DEL ASESINATO
DE ERNESTO CHE GUEVARA
Producción
de Latitud Periódico
6
de noviembre del 2014
Compañeros:
con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable
perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación.
Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con
todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier
bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.
Nos
sentimos hermanados con todos los que con valentía y
decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo,
que con la complicidad de las oligarquías apátridas
apuntaladas por militares títeres del pentágono
mantienen a los pueblos oprimidos.
Hoy
ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura
joven más extraordinaria que ha dado la revolución
en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che
Guevara. Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los
nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento,
espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción
en la justicia de la causa que abrazó, le dio la fuerza,
el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de
héroe y mártir.
He
leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo
del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto
que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿qué
edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial,
participé del golpe que derrocó al gobierno popular
de Hipólito Yrigoyen. Yo también en ese momento
fui utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos.
¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en
Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante
la prepotente intervención armada de los yanquis, yo
personalmente di instrucciones a la Cancillería para
que le solucionaran la difícil situación que se
le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así
como salió hacia México.
Su
vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben
mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América
Latina.
No
faltarán quienes pretendan empalidecer su figura. El
imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había
ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades
de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de
que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña
de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha
caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico
nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales
y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La
hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales
en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual
equilibrio será roto porque es infantil pensar que se
pueden superar sin revolución las resistencias de las
oligarquías y de los monopolios inversionistas del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada
uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso
y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos
nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si
los usufructuarios del privilegio.
La
mayoría de los gobiernos de América Latina no
van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque
no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo
que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario
entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa,
con un programa estratégico y tácticas que hagan
viable la concreción de la revolución. Y esta
tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces.
La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será
de los pueblos.
Ellos
tendrán la fuerza material circunstancialmente superior
a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza
moral que nos da la convicción en la justicia de la causa
que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.
El
Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha,
como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su
homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante
Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción
empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones
nacionales en Latinoamérica.
Juan
Domingo Perón 24 octubre de 1967
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