LA
GAZETA DE BUENOS AYRES
7 DE JUNIO DE 1810
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
7
de junio del 2012. Actualizado el 10 de junio del 2016
El
decreto que autorizó su publicación decía:
"¿Por qué se ha de envolver la
administración de la Junta en un caos impenetrable a
todos?... El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus
representantes...."
Los
conceptos forman parte de la Orden dada por la Primera Junta
el 2 de junio de 1810 y firmada por su presidente, Cornelio
Saavedra, en la que se establece la creación de un periódico
que llevaría el nombre de "Gazeta de Buenos
Ayres".
Se
ha hablado hasta el hartazgo de la Gazeta de Buenos Ayres, pero
menos conocida es la Orden, rescatada por Miguel Ángel
De Marco en su "Historia del Periodismo Argentino".
Señala luego ese texto de la Primera Junta: "¿Por
qué se ha de ocultar a las provincias sus medidas relativas
a solicitar su unión bajo el nuevo sistema? ¿Por
qué se le han de tener ignorantes de las noticias prósperas
o adversas que manifiesten el recesivo estado de la Península?
¿Por
qué se ha de envolver la administración de la
Junta en un caos impenetrable a todos los que no tuvieron parte
en su formación? Cuando el Congreso General necesite
un conocimiento del plan de Gobierno que la Junta provisional
ha guardado no huirán sus vocales de darlo, y su franqueza
desterrará toda sospecha".
La
Junta dispuso que bajo el título del periódico
figurara la sentencia de Tácito: "Rara temporum
felicitate, ubi sentir, quae velis, et quae sentis, dicere licet"
("Rara felicidad de los tiempos, en que se puede decir
lo que se siente y sentir lo que se quiere") y que
el director del nuevo periódico fuese el secretario de
ese cuerpo colegiado, el doctor Mariano Moreno.
OTROS
CONCEPTOS LIMINARES
"El
pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes
y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan
la execración con que miran aquellas reservas y misterios
inventados por el poder para encubrir sus delitos".
EL
PRIMER NÚMERO DEL 7 DE JUNIO DE 1810
Aquel
primer número que pertenecía al nuevo gobierno
patrio tenía doce páginas.
Además de la Orden de la Primera Junta, incluía
diversas noticias:
Orden
Internacional: originada en el diario de Londres "The Courier",
del 20 de febrero de 1810, llegada tres meses después
a Buenos Aires en que se informa de la resistencia de Cádiz
a las fuerzas napoleónicas.
EXPORTACIÓN
DE CUEROS
En
este sentido la noticia se orienta a la medida de la novel Primera
Junta de gobierno, a flexibilizar la exportación de cueros.
Otra noticia sobre la resolución oficial de no pagar
su sueldo a ningún empleado sin decreto especial (con
la advertencia de que "el funcionario público que
trabaje nunca dejará de ser pagado", acota De Marco),
o bien al llamado público para cubrir el cargo vacante
de portero de la secretaría.
TEDEUM
Una
parte importante de ese primer número está dedicada
a reseñar el Tedéum y las varias ceremonias de
juramento de obediencia a la Junta, que se desarrollaron en
dos tardes: "El eclesiástico -dice la
crónica- , el regular, el militar, el togado, el empleado,
el vecino, todos concurrieron a jurar la firmeza y estabilidad
de la nueva obra, porque todos reconocieron su justicia, confesaron
su necesidad, y vieron el interés común íntimamente
unido al particular de sus personas".
"La
libertad de escribir"
En
uno de los primeros números, Mariano Moreno publicó
un artículo titulado "Sobre la libertad
de escribir", acerca de un fenómeno
novedoso que atraía a las mentes más preclaras
de ese tiempo: la libertad de imprenta.
Tras
un repaso sobre esta modalidad en Europa y Estados Unidos, y
de abogar por una libertad amplia, marcaba sin embargo algunos
límites: "Desengañémonos,
al fin, que los pueblos yacerán en el embrutecimiento
más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y
libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo
alguno a las verdades santas de nuestra religión, y a
las disposiciones del Gobierno, siempre dignas del mayor respeto".
DÍA
DEL PERIODISTA
Cuando
realizamos este primer informe, en el 2011, planteamos la realidad
que sufríamos los periodistas... una realidad que no
se inventó, que fue parte de una situación social
donde el autoritarismo se enseñoreó.
Este
día tan caro a los periodistas de nuestro país
y de América Latina, los países del Tercer Mundo,
donde los regímenes despóticos se han cobrado
y se cobran miles de vidas, este año, seguramente es
esencial defender la libertad de expresión y la tarea
periodística que es sistemáticamente perseguida
y agredida criminalmente.
Desde este espacio, toda nuestra solidaridad y repudio a los
actos de agresión hacia los periodistas de todos los
medios.
PRIMER
CONGRESO NACIONAL DE PERIODISTAS
El
Día del Periodista fue establecido, en 1938, por el Primer
Congreso Nacional de Periodistas celebrado en la provincia de
Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas
patrióticas.
El
7 de junio de 1810 Mariano Moreno o mejor dicho la Junta de
gobierno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres",
primer periódico de la etapa independentista argentina.
La Primera Junta indicó por decreto su fundación
por ser necesario anunciar al público los actos oficiales
y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores
fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
Afirmaba
Mariano Moreno en la Gazeta de Buenos Aires, aquel 7 de junio
de 1810, en realidad la ordenanza era del 2 de junio, pero el
inicio fue el 7 de junio.
"¿Por
qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas
a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué
se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas
o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?...
Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que
salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título
de la Gaceta de Buenos Aires".
Fundación
de "La Gaceta" de Buenos Aires / 1810
Mariano
Moreno (1778 - 1811)
Desde
el momento en que un juramento solemne hizo responsable a esta
Junta del delicado cargo que el pueblo se ha dignado confiarle,
ha sido incesante el desvelo de los individuos que la forman,
para llenar las esperanzas de sus conciudadanos. Abandonados
casi enteramente aquellos negocios a que tenían vinculada
su subsistencia, contraídos al servicio del público,
con una asiduidad de que se han visto aquí pocos ejemplos,
diligentes en proporcionarse todos los medios que puedan asegurarles
el acierto; ve la Junta con satisfacción, que la tranquilidad
de todos los habitantes, acredita la confianza, con que reposan
en el celo y vigilancia del nuevo gobierno.
Podría la Junta reposar igualmente en la gratitud con
que públicamente se reciben sus tareas; pero la calidad
provisoria de su instalación redobla la necesidad de
asegurar, por todos los caminos, el concepto debido a la pureza
de sus intenciones. La destreza con que un mal contento disfrazase
las providencias más juiciosas, las equivocaciones que
siembra muchas veces el error, y de que se aprovecha siempre
la malicia, el poco conocimiento de las tareas que se consagran
a la pública felicidad, han sido en todos los tiempos
el instrumento que limando sordamente los estrechos vínculos
que ligan el pueblo con sus representantes, produce al fin una
disolución, que envuelve toda la comunidad en males irreparables.
Una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada
comunicación pública de las medidas que acuerde
para consolidar la grande obra que se ha principiado, una sincera
y franca manifestación de los estorbos que se oponen
al fin de su instalación y de los medios que adopta para
allanarlos, son un deber en el gobierno provisorio que ejerce,
y un principio para que el pueblo no resfríe en su confianza,
o deba culparse a sí mismo si no auxilia con su energía
y avisos a quienes nada pretenden, sino sostener con dignidad
los derechos del Rey y de la Patria, que se le han confiado.
El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes,
y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan
la execración con que miran aquellas reservas y misterios
inventados por el poder para cubrir los delitos.
¿Por qué se han de ocultar a las provincias sus
medidas relativas a solidar su unión, bajo el nuevo sistema?
¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las
noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo
estado de la Península? ¿Por qué se ha
de envolver la administración de la Junta, en un caos
impenetrable a todos los que no tuvieron parte en su formación?
Cuando el Congreso general necesite un conocimiento del plan
de gobierno que la Junta Provisional ha guardado, no huirán
sus vocales de darlo, y su franqueza desterrará toda
sospecha de que se hacen necesarias o temen ser conocidos, pero
es más digno de su representación, fiar a la opinión
pública la defensa de sus procedimientos y que cuando
todos van a tener parte en la decisión de su suerte,
nadie ignore aquellos principios políticos que deben
reglar su resolución.
Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que
salga a luz un nuevo periódico semanal, con el título
de Gaceta de Buenos Aires, el cual sin tocar los objetos que
tan dignamente se desempeñan en el Semanario del Comercio,
anuncie al público las noticias exteriores e interiores
que deban mirarse con algún interés.
En él se manifestarán igualmente las discusiones
oficiales de la Junta con los demás jefes y gobiernos,
el estado de la Real Hacienda y medidas económicas, para
su mejora; y una franca comunicación de los motivos que
influyan en sus principales providencias, abrirá la puerta
a las advertencias que desee dar cualquiera que pueda contribuir
con sus luces a la seguridad del acierto.
La utilidad de los discursos de hombres ilustrados y que sostengan
y dirijan el patriotismo y fidelidad, que tan heroicamente se
ha desplegado, nunca es mayor que cuando el choque de las opiniones
pudiera envolver en tinieblas aquellos principios, que los grandes
talentos pueden únicamente reducir a su primitiva claridad;
y la Junta, a más de incitar ahora generalmente a los
sabios de estas provincias, para que escriban sobre tan importantes
objetos, los estimulará por otros medios que les descubran
la confianza que pone en sus luces y en su celo.
Todos los escritos relativos a este recomendable fin se dirigirán
al señor vocal doctor don Manuel Alberti, quien cuidará
privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría
las noticias oficiales, cuya publicación interese. El
pueblo recibirá esta medida como una demostración
sincera del aprecio que hace la Junta de su confianza; y de
que no anima otro espíritu sus providencias que el deseo
de asegurar la felicidad de estas provincias (Orden de la Junta).
(Gaceta
de Buenos Aires, del 7 de junio de 1810)
OTROS
TÍTULOS
Gazeta
Ministerial (3/4/1812 al 1/1/1815). Gazeta de Gobierno (5/1/1815
al 1/4/1815). Gazeta de Buenos-Ayres (29/4/1815 al 12/9/1821).
Fecha de aparición: 7 de junio de 1810.
Ultimo número: 12 de septiembre de 1821.
Pie de imprenta: Niños Expósitos, Independencia,
Gandarillas, Álvarez, Sol.
Números publicados: 590 ordinarios, 185 extraordinarios
y 53 suplementos.
Periodicidad: Semanal (jueves); posteriormente, martes y viernes.
Director: Mariano Moreno. Posteriormente, Deán Gregorio
Funes, Pedro Agrelo, Vicente Pazos Silva, Nicolás Herrera,
Manuel José García, Bernardo Monteagudo, fray
Camilo Henríquez, Julián Álvarez, Bernardo
Vélez y Manuel Antonio Castro.
Carácter: Vocero de la Revolución.
FUENTES:
Villa Crespo Digital, Doctrina democrática, edición
de Ricardo Rojas, Librería La Facultad, de Juan Roldán,
1915, biblioteca Clarín, La gazeta de Buenos Aires en
línea, Los Andes de Mendoza, Efemérides Culturales
Argentinas.
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