DÍA
INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES/ 1º DE MAYO
Recordar
los aniversarios de lucha del Movimiento obrero y los momentos
más duros por los que pasaron, sufrieron y lucharon:
A 129 Años de los Mártires de Chicago
A 43 de la última dictadura cívica militar
Por
Juan Carlos Cena* especial para Latitud Periódico
1º
de mayo del 2015 *
Se
cumplen 129 años de esa primera revista de fuerzas del
proletariado en el ámbito internacional, repetida empecinadamente
año a año, a veces en condiciones muy difíciles,
enfrentando feroces represiones de las clases dominantes, el
proletariado en la mayoría de los países del mundo,
así como en la Argentina, lograron imponer ese día
como su Día Internacional, es la jornada dolorosa que
recuerda y rememora a los Mártires de Chicago.
El llamamiento a la huelga general por tiempo indeterminado
que comenzó el 1º de mayo de 1886 en varias ciudades
de Estados Unidos, decía:
“Un
día de protesta contra la opresión y la tiranía,
contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día
en que comenzar a disfrutar ocho horas de trabajo, ocho horas
de descanso, ocho horas para lo que nos de la gana”.
Esta
lucha por la jornada de trabajo venía siendo impulsada
desde de 1860 por la Asociación Internacional de Trabajadores
a propuesta de Carlos Marx, fundador del socialismo científico
junto a Federico Engels.
Por
ello, el 1° de Mayo se conmemora el Día Internacional
de los Trabajadores, como fue instituido en 1889 por el Congreso
obrero de París (Francia), en recordación de los
mártires de Chicago, los obreros asesinados por la burguesía
yanqui, uniendo en una sola fecha en todo el mundo el reclamo
por la aplicación legal de la jornada de 8 horas. En
ese Congreso internacional estuvo un argentino, Alejo Peyret.
Al año siguiente, en 1890, los trabajadores en nuestro
país conmemoraron ese día junto a los trabajadores
de la mayoría de los países de Europa y América,
con actos en Buenos Aires, Rosario, Chivilcoy y Bahía
Blanca.
Pero
las clases dominantes y sus delatores en el movimiento obrero,
le cambiaron el nombre llamándolo Día del Trabajo,
en su intento por suplantar la verdadera naturaleza reivindicativa
de los trabajadores por el de un contenido de “fiesta”,
de un feriado más en el almanaque.
En
este sentido es sustancial hablar de la Comuna de París,
en 1871, el primer gobierno obrero de la historia. Pese a su
derrota, las semillas de la Comuna germinaron en el movimiento
obrero estadounidense que se unificó en la reivindicación
de las 8 horas. Simientes que brotaron en América Latina
y en tierras Argentinas, injertándose con otras corrientes
políticas e ideológicas. Amalgama que amasó
la clase obrera argentina protagonizando a través de
los tiempos grandes luchas obreras y populares.
El
día 13 de mayo comenzada la huelga de 1886 en una parte
de Estados Unidos, de inmediato se inicia la sangrienta represión
de las clases dominantes yanquis, alcanzando su mayor barbarie
en la ciudad de Chicago. La policía cargó sobre
los manifestantes, estos respondieron con los elementos que
tenían para defenderse en este tipo de movilizaciones,
desatándose una batalla, hubo muchos muertos por ambas
partes. El gobierno declaró el estado de sitio, allanando
domicilios y deteniendo a centenares de trabajadores, sometiéndolos
a juicios fraguados. Cuatro de esos trabajadores fueron condenados
a muerte, fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887:
Adolfo Fischer, George Engels, Albert Parsons y Augusto Spies.
Estos cuatro compañeros fueron los mártires de
Chicago. Murieron proclamando su convicción en la victoria
definitiva de la clase obrera.
“Si
creéis que ahorcándonos podéis acabar con
el movimiento obrero. El movimiento del cual los millones de
oprimidos, los millones que trabajan en la miseria y la necesidad
esperan su salvación, si ésta es vuestra opinión,
¡Entonces ahórquenos! Aquí pisoteáis
una chispa, pero allá, detrás de vosotros, frente
a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán.
Es un fuego subterráneo. No lo podéis apagar”.
Albert
Spies (ejecutado en Chicago el 11 de noviembre de 1887)
UNA
JORNADA EN TODO EL MUNDO Y EN NUESTRO PAÍS FUE EMOTIVA:
LOS ORADORES HABLARON EN CINCO IDIOMAS
En
1888, el Congreso de la Federación Americana del Trabajo
decidió organizar una manifestación en todo el
país para el 1º de mayo de 1890.
En 1889, a propuesta de Federico Engels, el Congreso Internacional
de París adoptó esa fecha para manifestar en todos
los países y ciudades a la vez. La lucha por la jornada
legal de 8 horas, fue una lucha política porque enfrentaba
al poder de las clases dominantes, unió a los trabajadores
de América y Europa. Por ese fenómeno Federico
Engels escribió que el 1º de mayo de 1890: “hoy
el proletariado de Europa y América pasa revista a sus
fuerzas, movilizadas por primera vez en un solo ejército,
bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la
fijación legal de la jornada legal de ocho horas, proclamada
ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en
Ginebra y de nuevo, en 1889, por el Congreso obrero de París.
Así,
desde 1890 el 1º de Mayo, es el Día Internacional
de los Trabajadores, una jornada de unidad y de lucha. El día
en que la clase obrera de todos los países del mundo
pasa revista a sus fuerzas y renueva su compromiso de disputa
por la emancipación, hasta poner fin a la explotación
del hombre por el hombre.
En
este 1º de mayo debemos apelar a la Memoria para derrotar
al olvido, porque el olvido es una herramienta de la clase dominante.
Nos quieren imponer el olvido para que vivamos un presente perpetuo,
sin pasado ni futuro, sin esperanzas ni sueños ni utopías
y, así, explotarnos de la cuna a la tumba.
Apelar
a la memoria en este 1º de mayo es recordar a nuestros
luchadores desde Espartaco hasta nuestros días. Es decir,
a todos nuestros mártires, desaparecidos, inmolados que
lucharon por los derechos humanos, lidia que tiene que ver con
la resistencia a la explotación de hombres, mujeres y
niños en forma descarnada, por el derecho a la salud,
a un salario justo y digno, al descanso, al estudio, a la recreación
y así…a ser hombres y mujeres libres.
Recordarlos, pero a la vez rendirles
cuenta a todos los luchadores muertos, sacrificados, asesinados
y desaparecidos, que fue lo que hicimos desde sus abnegaciones,
y si realmente merecemos pertenecer a la estirpe de la clase
obrera.
El
capitalismo se nutrió, desarrolló y expandió
a expensas de la explotación descarnada de los trabajadores.
El movimiento obrero se fue formando y organizando como espacio
reivindicativo en la medida que la explotación alcanzaba
límites intolerables.
Las
luchas de los trabajadores ingleses, los cartistas, el papel
de los luddistas, en plena revolución industrial, fueron
dando forma a la identidad de la clase obrera. Las huelgas por
la jornada laboral en los países manufactureros se acentuaron
en la primera mitad del siglo XIX.
En 1884 federaciones de trabajadores estadounidenses y canadienses
se reunieron para definir un plan de lucha por la jornada laboral
de ocho horas. A tal efecto decidieron que, el 1º de mayo
de 1886, se declarara un paro general y se impulsaron movilizaciones
en los distintos enclaves industriales y ciudades.
Esta
acción adquirió tal magnitud que muchos patrones
se avinieron a conceder esta conquista. La respuesta del poder
económico no se hizo esperar. Pocos días después,
el 4 de mayo, durante un acto anarquista en la plaza Haymarket
de Chicago, estalló una bomba y murió un policía.
Los dirigentes obreros fueron enjuiciados y cinco condenados
a muerte. Fueron asesinados en 1887.
El
Segundo Congreso Internacional Obrero convocado en París,
en 1889, resolvió, como tributo a los mártires
de Chicago, conmemorar esa gesta declarando el 1º de mayo
"día internacional del trabajo" y definirla
como día de paro general en el marco de la lucha por
la jornada laboral de ocho horas.
A
partir de 1890 se desplegaron las banderas proletarias y las
consignas por la dignidad de los trabajadores. Fueron los trabajadores
organizados quienes comprendieron que el menoscabo del ser humano
en la explotación implicaba un avasallamiento. En ese
sentido procuraron y obtuvieron sustanciales mejoras en las
condiciones generales de trabajo.
EN
LA ARGENTINA: EN EL PRADO ESPAÑOL Y EN OTROS LUGARES
En
nuestro país se conmemora el 1º de mayo en 1890
en el Prado Español. Entre 2.000 y 3.000 personas asisten,
allí se escuchan discursos en castellano, italiano, francés
y alemán y más de 7.000 personas firman un petitorio
en demanda de la jornada de 8 horas. Actos similares se realizaron
en Rosario, Bahía Blanca y Chivilcoy.
Hasta
1890 la oligarquía argentina se mostró indiferente
con el movimiento obrero. Pero cuando manifestó su adultez,
La Nación, El Nacional y La Prensa, mostraron su preocupación
y reclamaron el disciplinamiento de los sindicalistas…
Desde esos tiempos, hasta la fecha, un vector represivo atraviesa
al movimiento obrero sin pausa, en forma metódica y permanente.
En
todos los gobiernos, de una manera u otra, la clase obrera y
el pueblo fueron reprimidos en nuestro país. La represión
más feroz fue durante la dictadura cívico militar
de 1976.
Han transcurrido 39 años del golpe genocida. 39 años
donde los trabajadores fueron la presa más valiosa a
reprimir y aniquilar por esa jauría de militares y de
civiles que propiciaron y financiaron, en representación
de los factores de poder económico, el escarmiento feroz
a la clase trabajadora antes del golpe militar.
Desde
ese momento comienza, una vez más, la resistencia obrera
que resiste y enfrenta a tanta brutalidad desatada y que afecta
a todo el pueblo. Fueron tiempos oprobiosos, tiempos de negaciones
y afirmaciones como resistencia. Espacio temporal donde el terror
se enseñoreaba por toda nuestra geografía para
doblegar al otro. Los trabajadores resistieron y enfrentaron
en miles de modalidades diferentes a la dictadura cívico-militar.
Después
de 8 años los militares se refugian en sus cuarteles.
Sí, se refugian. Pero han dejado el terreno abonado de
terror y mediocridad, la sociedad está blanda, al decir
de John W. Cooke, para que la explotación continúe.
Podemos inferir que la lucha continuó en el marco de
estas democracias "relativas", en otras formas y modalidades.
En
el contexto de estos "gobiernos débiles", y
en nombre de la democracia y la república se proclama
que para no desestabilizar este nonato proceso democrático,
la clase obrera y el pueblo deben dejarse expoliar. Los políticos
cipayos fueron cómplices y aportantes con sus discursos,
a este tramposo reclamo. Por otro lado, un conjunto de intelectuales
anidados en las fundaciones, en las universidades donde anidó
el huevo de la serpiente, junto a profesionales, políticos
genuflexos y cobardes, más los dirigentes gremiales con
una prosapia histórica de traidores y entregadores fueron
cómplices necesarios para esta fiesta cobarde de la entrega
de la soberanía nacional.
Este
1º de mayo será escenario de jornadas de conmemoración
y luchas en todo el mundo. En varios puntos del planeta, los
trabajadores vienen dando peleas que han pasado a la primera
plana de las noticias.
La
represión al movimiento obrero argentino es un segmento
que lo traspasa en toda su historia. Ha dejado un tendal de
muertes por toda la geografía “Sus muertes anticiparon
todo el dolor y el espanto, la injusticia y la miseria que se
nos vino encima. La destrucción sistemática del
país del pleno empleo y el estado como garante de los
derechos universales de todos sus ciudadanos, para instalar
un modelo económico social y político que ustedes
no pueden imaginar: un país 100 veces peor que aquel
que queríamos cambiar. Fue un proceso largo que se inició
con el golpe gorila del 55, se perfeccionó a sangre y
fuego con la dictadura del 76 y culminó y se consolidó
con la democracia“. Susana Ure.
Compañeros:
recordemos como resistimos juntos la dictadura, con fiereza
levantando las banderas de la emancipación obrera y popular,
luego, durante las democracias relativas continuamos enarbolándolas
hasta que vino la contra reorganización nacional de Menem,
que puso en marcha un viejo objetivo del imperio. Con ese empujón
nos hicieron retroceder detrás de la Revolución
Francesa, tiempos en que se luchaba por la igualdad, la fraternidad
y la libertad, en nuestro territorio estas premisas desaparecían.
En
Argentina, el Día Internacional de los Trabajadores,
tendrá como escenario las múltiples reivindicaciones
obreras. En todo el país, los gremios en lucha y las
organizaciones sociales saldrán a las calles.
La
vida de los trabajadores en nuestro país no es sencilla.
Más allá de los discursos de progresistas, conversos,
cooptados, hay una realidad inapelable.
Casi un tercio de quienes se ven obligados a vender su fuerza
de trabajo para sobrevivir, viven en la indigencia, tienen contratos
en negro, sin cargas sociales y sin reconocimiento de antigüedad
y otras conquistas que perciben los que están blanqueados.
Se conmemorará en el marco de un proceso electoral donde
la mediocridad campea en un radio de 360 grados. Donde la clase
obrera es la principal ausente junto con el campesinado y las
comunidades originarias. Donde la soberanía nacional
es violada y saqueada, por mar, cielo y tierra. Nadie habla
de las cuestiones nacionales ni de recuperar la soberanía
nacional. Todo es un bastardeo infame. Sin que ninguno gesticule
un ademán y lo que hacen es a través de un consignismo
barato y mediocre. Todos, en definitiva defienden los mismos
intereses.
Mientras
tanto, 10 mil millones de dólares de la deuda externa
fueron pagados al FMI, hace casi 4 años y el Fondo nunca
se fue, sencillamente, porque Argentina nunca dejó de
pertenecer al organismo internacional.
El
gobierno priorizó cumplir con esos compromisos antes
que con la deuda interna, por ello, hoy reservas que debieran
mitigar el hambre de millones de seres humanos en nuestro país,
pero sirven para pagar bonos a los fondos buitres.
A eso le debemos agregar la continuación de las políticas
que, se iniciaron en los tiempos de Alfonsín y se concretaron
en la década de los ´90: la venta vil de nuestros
bienes soberanos como las comunicaciones, la energía
y el transporte. Se concreta, del mismo modo, con la anuencia
y la conformidad de una parte de la ciudadanía que aplaudió
el despojo y el saqueo de estos bienes nacionales.
La
devastación de nuestros bosques para plantar soja, el
saqueo de nuestros minerales, el cerramiento de nuestros ferrocarriles,
que, como consecuencia social de ello en la actualidad hay 1.200
pueblos fantasmas; el succionar en forma permanente y sin pausa
de nuestro petróleo, donde sólo priva la ganancia.
No
nos podemos quedar, en este 1º de mayo, solamente con una
reclamación economicista y vulgar. Tiene que ser un reclamo
político integral, que abarque todo. Teniendo en cuenta
que estos objetivos se lograrán si los trabajadores y
el pueblo están unidos. Tampoco debemos permitir que
nadie bastardee este día porque estamos en una campaña
electoral nunca vista ni oída, por lo mediocre y falsaria.
La
tarea fundamental de la clase obrera y el pueblo debe ser la
unidad. La unidad es, cuando la arena se vuelve roca. Si eso
no ocurre, la arena es roca degradada. No se pueden cometer
los mismos errores sectarios que permitieron que fuéramos
roca degrada. Nada se logrará si el factor unidad no
prevalece. Debemos dejar de ser un archipiélago y a través
de la unidad transformarnos en un poderoso continente. La unidad
es una joya preciosa de los trabajadores y el pueblo. No la
debemos degradar, nuevamente, este 1º de mayo.
Nos
comprometemos a terminar con el pensamiento único y la
intolerancia en forma integral en todo el espectro político
e ideológico “que florezcan cien flores y compitan
cien escuelas ideológicas.” Mao
Debemos
insistir, para derrotar al olvido tenemos que ser militantes
de la memoria. Militar la memoria significa sublevarla reivindicando
los derechos humanos en nuestro país, en este día
y todos los días y a cada momento. Derechos Humanos para
que no haya más niños pobres, desamparados, desnutridos,
que desaparezca la desocupación, la mortandad infantil
y el genocidio silencioso de nuestros viejos y las comunidades
originarias, que florezca el pleno empleo con salarios dignos,
que seamos habitantes de un país que merezca ser vivido,
con dignidad y plena libertad, que se acabe el gatillo fácil
y la judicialización de la protesta y empiece el respeto
y el derecho a la vida, a ser seres dignos, a la libertad plena.
•
Juan Carlos Cena Historiador del Movimiento obrero y de los
Ferrocarriles Argentinos.
• Dirigente sindical: Secretario general del Personal
de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos –
Organismo Central APDFA 1984-1989.
Primera
versión 1° de mayo del 2011 / corregida, ampliada
y actualizada.
AUTOR
DE: EL CORDOBAZO UNA REBELIÓN POPULAR / FERROVIARIOS
SINFONÍA DE ACERO Y LUCHA
Caracteres:
18.766