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MARÍA SOLEDAD MORALES
SE CUMPLEN, EL PRÓXIMO 10 DE SEPTIEMBRE, 31 AÑOS DE SU ASESINATO

Por Elena Luz González Bazán especial para Latitud Periódico

7 de septiembre del 2021

Luego de largos 8 años, la justicia produjo una sentencia por la muerte de la joven: María Soledad Morales.
Fue una larga investigación y es de destacar el papel de la hermana Martha Pelloni que junto a sus padres y una parte de la población catamarqueña, no cejaron hasta lograr que los culpables fueran condenados.

Era un lunes 10 de septiembre de 1990, cerca de las 9:30 de la mañana, cuando trabajadores de Vialidad de la provincia de Catamarca encontraron el cuerpo mutilado de María Soledad Morales, semi escondido en inmediaciones de la cancha de fútbol de Parque Daza.
Ese deceso, registrado por los medios locales y replicado por medios nacionales como pocas veces había ocurrido, terminaría con el gobierno del feudo Saadi, en ese momento gobernaba Ramón Saadi.

QUE DIJERON LOS PERITOS

Fueron claros, había fallecido 48 horas antes del hallazgo de su cuerpo, entre la noche del 7 y la madrugada del 8 de septiembre, y que las circunstancias de su muerte había sido horrorosamente salvaje.

A partir del hallazgo, siete jueces de instrucción se sucedieron en el puesto para investigar el caso y finalmente elevarlo para su debate a juicio oral y público.

Los magistrados fueron: José Labid Morcos, Luis Armando Gandini, Martín Ever Acosta, Jorge Córdoba Ruiz de Huidobro, José Luis Ventimiglia, Manuel Jesús Zeballos y José Antonio Carma, todos recogieron y acumularon datos, papeles, informes para su investigación. Pero los años pasaron y cuando la situación política y social presionaba para su resolución, aparecieron las sospechas de encubrimiento, protección política y coautoría; entonces, la causa fue elevada a juicio para ser juzgada.

EL JUICIO Y LOS JUECES

El lunes 26 de febrero de 1996, el tribunal, compuesto por los jueces Alejandro Ortiz Iramaín, Juan Carlos Sampayo y Alejandra Martínez Azar, se predispuso a sentar en el banquillo a Guillermo Daniel Luque, hijo del diputado nacional por el peronismo, Ángel Luque, un hijo del poder de turno y a Luis Raúl Tula, acusados por el crimen con diferentes grados de participación.

Ante una serie de imágenes expuestas y reiteradas por el Canal Trece de Buenos Aires en las que se veían gestos de un juez y un abogado, el defensor de la familia Morales, Luis Segura, recusó al tribunal y el caso naufragó debiendo esperar otro tiempo más para ser juzgado, ya sin transmisiones en vivo.

Los nuevos jueces designados: Santiago Olmedo de Arzuaga, Jorge Álvarez Morales y Edgardo Álvarez decidieron retomar el debate desde el inicio.
El martes 17 de agosto de 1997, con el abogado Sergio Túa representando a la familia Morales, empezó el nuevo juicio con un extenso desfile de testigos, y finalmente, el viernes 27 de febrero de 1998, los dos imputados recibieron un veredicto condenatorio: Guillermo Luque fue condenado a purgar una pena de 21 años de prisión, mientras que a Luis Tula se le impuso una pena de 9 años. Ambos respondían por una acusación de "violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes”.

Mientras Tula cumplió la totalidad de la condena, el hijo del poder, Guillermo Luque, pasó en prisión 7 años menos de lo estipulado.

Otras personas habían sido sindicadas por posibles encubridores y coautoría del hecho pero nunca llegaron a ser juzgados ni condenados: Pablo y Diego Jalil, Miguel Ángel Ferreyra, otro hijo del poder, en este caso del jefe de Policía, Luis Eduardo "El Loco” Méndez y Hugo "El Hueso” Ibáñez.

María Soledad Morales fue vista por última vez en el local bailable "Le feu Rouge”, donde junto a sus compañeras del Colegio del Carmen y San José habían organizado una fiesta para recaudar fondos para costear el viaje de egresados.

El día de su nacimiento fue el 12 de septiembre de 1972.

La intervención

En el ínterin de la investigación del crimen, Catamarca fue sometida a una intervención federal por orden del presidente Carlos Saúl Menem.

Bajo sospechas de corrupción, el exgobernador Ramón Saadi fue depuesto y Luis Prol asumió el cargo de interventor Federal. El gobierno peronista había sucumbido también ante las reiteradas Marchas del Silencio encabezadas por los padres de María Soledad, Ada y Elías, y la hermana Martha Pelloni.

Luego, una comisión liderada por el subcomisario Luis Patti y el comisario Enrique Saladino llegó para remitir un informe de lo sucedido directamente a la Presidencia de la Nación. Además, el legislador Ángel Luque, padre de uno de los condenados, fue desaforado del cuerpo por una serie de declaraciones sobre el caso en las que se hacía referencia a un inusitado nivel de impunidad.

A modo de Corolario y reflexión

La responsable de la escuela donde asistía María Soledad, era la hermana Martha Pelloni, el coraje y la decisión, la actitud frente a los padres, el ejemplo hacia sus alumnas y el papel descollante que llevó adelante en Catamarca, con las marchas del silencio que penetraron los oídos del país, dejó en claro que se puede pelear, luchar y terminar con la corrupción y con los favores que reciben los hijos del poder… un poder corrompido que no dudó en violar y matar a una adolescente y luego hacer todo lo posible para quedar sin culpa ni cargos.

Un feudo terminó, otros vinieron, otros continúan, pero la historia de María Soledad y la actitud de los padres, la hermana, las compañeras y una parte de la sociedad catamarqueña, marcaron un antes y un después. Lograr terminar con la corrupción en todas sus formas es una tarea diaria y permanente.

FUENTES: varias y propias.

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