BUENOS
AYRES, VERTIZ Y LA PRIMERA IMPRENTA
Por Elena Luz González Bazán
especial para Latitud Periódico
25 de agosto del 2016
El
virrey recurrió a los Franciscanos que administraban
las propiedades de los jesuitas que habían sido expulsados
del territorio en 1767. La carta del 7 de agosto de 1779 solicita
el rector del Colegio Convictorio de Monserrat para que le informe
sobre el estado y precio de la imprenta.
En
1764 los jesuitas habían introducido la primera imprenta
en la Córdoba virreinal.
A vuelta de correo, el rector del Colegio informó del
estado de la máquina a Vértiz, quien la compró
comprometiéndose a pagar por ella su “valor legítimo”.
Concretado el pedido del virrey, se estibaron todas las partes
en una carreta de bueyes, que viajó a lo largo del camino
mediterráneo del comercio colonial, hasta Buenos Aires.
En los primeros días del mes de febrero de 1780 el envío
llegó a las cercanías del Cabildo, más
exactamente a la esquina de las entonces calles de San José
y San Francisco, las actuales Moreno y Perú (Manzana
de las Luces). El costo del flete fue de 40 pesos y, cuando
se desembaló, la carga contenía ocho cajones de
tipos, en sus mayores partes empastelados y descabalados, que
pesaban 111 arrobas y 10 libras, y de una prensa de hierro,
a la que faltaban sus piezas accesorias, y además una
prensa de madera en mal estado. Se tasó y valoró
todo en mil pesos, que fueron remitidos a Córdoba por
medio del padre Pedro José Parras. Según lo declarado
por el virrey Vértiz en su Memoria de Gobierno, los componentes
de la imprenta estaban muy deteriorados, y se debieron invertir
1.812 pesos en repararla.
Luego
de la reparación, que demoró casi diez meses,
varias pruebas de imprenta y pequeñas ediciones de bandos,
de las que aún hoy se conserva testimonio, el 21 de noviembre
de 1780 expidió el virrey el decreto de instalación
de la imprenta con la denominación de Real imprenta de
Niños Expósitos, nombrándose a don José
Silva y Aguilar como administrador por el periodo de diez años,
debiéndose aplicar las tres cuartas partes de las utilidades
de la imprenta a beneficio de la Casa de Niños Expósitos
y la cuarta parte restante a favor del administrador.
El
primer prensista fue Agustín Garrigós, un sargento
retirado de los Dragones.
El primer periódico literario, científico y social
fue el Telégrafo Mercantil y el otro fue el Semanario
de Agricultura, Industria y Comercio de Juan Hipólito
Vieytes.
Durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807; encontramos
las publicaciones de: las Memorias del Consulado, escritas por
Manuel Belgrano y los primeros números de la Gazeta de
Gobierno del virrey Cisneros.
Entre 1806 y 1807 tuvo la duplicación de su capacidad
porque recibe desde Montevideo una máquina con la que
los ingleses invasores imprimían su periódico
bilingüe: The Southern Star.
Más
tarde se imprimió La Gazeta de Gobierno, el Correo de
Comercio de Manuel Belgrano, la Representación de los
Hacendados de Mariano Moreno.
A estos medios se suman: La Gazeta de Buenos Ayres del 7 de
junio de 1810 al 12 de septiembre de 1821.
El Censor, de Vicente Pazos Silva, editado desde el 7 de enero
de 1812 al 24 de marzo de 1812.
Mártir o libre, de Bernardo Monteagudo, editado desde
el 29 de marzo de 1812 hasta el 25 de mayo de 1812.
El grito del Sud, de Julián Álvarez, que salió
por primera vez el 14 de julio de 1812 y su último número
es del 2 de febrero de 1813.
Y otro sinfín de periódicos y folletos.
IMPRENTA
DE LOS NIÑOS EXPÓSITOS
La
Imprenta de Niños Expósitos mantuvo su denominación
original hasta el año 1852, en que pasó a conocerse
como Imprenta del Estado. En la actualidad, la primera máquina
de imprenta, llevada a Buenos Aires desde Córdoba y luego
a Salta, se encuentra en exposición en el Museo Nacional
del Cabildo y la Revolución de Mayo, que funciona en
el Cabildo de Buenos Aires.
FUENTES: varias y propias.
Caracteres:
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