LA
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Por
Elena Luz González Bazán * especial para Latitud
Periódico
25
de noviembre del 2016
El
proceso actual de violencia contra la mujer no está al
margen de la violencia general que se enseñorea en nuestra
sociedad. Verlo como un problema feminista o simplemente una
intimidación patriarcal es una de las aristas del problema
o de la problemática violenta.
La
sociedad actual enmarcada en el sistema determinado, el capitalista,
tiene una larga trayectoria violenta: las guerras, ocupaciones,
masacres, desapariciones, muertes, asesinatos, fusilamientos,
pena de muerte, genocidios contra poblaciones completas.
Esta
realidad violenta atañe a toda una sociedad que durante
muchos años ha mirado al costado o dejado por acción
u omisión que estos niveles de violencia avancen sin
hacer nada. La preocupación comienza cuando arrecia sobre
cada uno de los actores que la sufren, pero ese sufrimiento
no se toma como de conjunto… estas atrocidades de los
últimos tiempos han sacudido a la sociedad actual de
las grandes urbes, pero sustancialmente a las mujeres que sienten
que este contexto violento no termina, no es tomado en cuenta:
tanto por la justicia como las fuerzas del orden que en realidad
se burlan o minimizan la violencia hacia la mujer.
Este
marco general acarrea que sin cifras oficiales por años,
haya, según la casa del Encuentro, una organización
no gubernamental que nos alerta, 286 muertes de mujeres durante
el 2015, y en este último mes de octubre una muerte cada
24 horas, además de las violaciones y golpizas múltiples
sufridas… y es importante decir sufridas porque la pesadilla
que se soporta es un gran padecimiento que soporta la víctima…
En
el promedio general una mujer cada 30 horas es asesinada.
Los últimos tiempos, las redes sociales vienen jugando
un papel de aglutinamiento pero esto no implica de organización
para lograr que se termine o elimine el problema acuciante:
la violencia, sino que sirve para una gran movilización
que queda en esto cubierta por los grandes medios de comunicación
pero que luego no hay nada de como continuar.
Estas movilizaciones se dieron el 3 de junio del 2015, otras
menores, luego al año y recientemente, este 18 de octubre
después del asesinato y previa violación atroz
a la marplatense de tan solo 16 años, Lucía Pérez.
Los diarios de ese sábado 22 de octubre dieron cuenta
del rescate de otra joven, de tan solo 18 años de una
red de trata, llevada desde Santa Rosa, La Pampa a Paraguay.
Luego
de la movilización se conocieron otros asesinatos. Más
femicidios y más violencia como si fuera una forma de
respuesta. O mejor es decirlo, es una manera de responder, aún
con más violencia, a la misma movilización de
miles de mujeres en todo el país y de muchos miles de
hombres que se manifestaron eludiendo el concepto de muchas
feministas que no querían que los hombres acompañaran
este reclamo.
Estas
realidades contradictorias acarrean más divisiones que
unificación de criterios, son formas de interponerse
y evitar logros de conjunto… si bien es cierto que el
65 por ciento de los casos de violencia contra la mujer lo ejecutan
sus parejas, maridos, ex y otros familiares, no es menos cierto
que esto no es el conjunto de los varones y que contraponer
hombre a mujer genera otro problema a resolver… ¿Qué
se hace con quienes no son participes de esta violencia machista?
La
violencia no termina por voluntad de unos o de miles, son necesarias
políticas de Estado que definan soluciones a corto, mediano
y largo plazo, que trasciendan los gobiernos y perduren…
¿es muy difícil el planteo?
O
bien parece complicado solucionarlo…
Esto
hace a poder también resolver la realidad angustiante
de familias que quedan truncas y esencialmente niños
que quedan sin madres o en manos de padres violentos o familias
que apañan estas conductas aberrantes.
La
justicia que llega tarde no es justicia, pero hay que decirlo
con dolor y reflexivamente… hace décadas que en
nuestro país la justicia para estas problemáticas
y tantas otras es realmente inexistente… y si es inexistente
es cómplice…
Hace muchos años que el discurso es solo eso, discurso
y altisonante... sin contenido... sin soluciones... esperamos
que desde las dirigencias políticas avancen en solucionar
esta dura y complicada realidad, es su responsabilidad implementar
políticas de Estado, las que han sido inexistentes.
•
Autora de MUJER, SOCIEDAD Y POLÍTICA, 30 DE MARZO DE
1982, UNA GESTA OLVIDADA Y BUENOS AIRES CIUDAD INDUSTRIAL, VILLA
CRESPO CASO TESTIGO.
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