30
DE AGOSTO VIAJE INAUGURAL DEL FERROCARRIL
LOCOMOTORAS LA PORTEÑA Y LA ARGENTINA
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
30
de agosto del 2011. Actualizado 30 de agosto del 2018
En
1857 se realizó el primer viaje entre la estación
del Parque y la localidad de Floresta, en Buenos Aires. “La
Porteña” fue la locomotora que condujo el convoy.
Una
multitud se dio cita en la plaza del Parque, lo que hoy es plaza
Lavalle, donde se encuentra el Teatro Colón, en la ciudad
de Buenos Aires.
Era
el 29 o 30 de agosto de 1857, consignamos los dos días
porque hay fuentes que citan uno y otro. Nosotros tenemos más
claro al inicio de este ferrocarril al 30 de agosto.
Era
un sábado luminoso; el sol realzaba los adornos dispuestos
en la estación del Parque, y entre los presentes era
generalizada la sensación de estar presenciando un momento
histórico, se afirma. El estridente sonido del silbato
de la locomotora, bautizada “La Porteña”,
anunció al público que era inminente la partida.
El
primer tren que circuló en la Argentina comenzó
a rodar entre los vítores y los aplausos de la multitud,
que se agolpaba a lo largo de las vías. Poco después
llegaba al final del recorrido, y todo el pueblo de La Floresta
se reunió en la estación para dar la bienvenida
al tren y celebrar el acontecimiento.
El
recorrido fue hasta la actual Floresta, una zona de quintas
de las familias más acomodadas de la antigua ciudad,
antes de ser la Capital Federal.
Inicio
de los trabajos para emplazar el ferrocarril
Los
trabajos para permitir la circulación del primer tren
en nuestro país habían comenzado mucho antes.
En los primeros meses de 1855 llegaron técnicos y operarios
desde Europa para construir las vías; rápidamente
se iniciaron las obras, pero distintos inconvenientes fueron
dilatando los plazos previstos.
Según
el contrato firmado, el ferrocarril debía inaugurarse
en enero de 1857, pero las intensas lluvias de ese verano dañaron
los terraplenes, y frustraron una y otra vez las expectativas
despertadas por el proyecto. Finalmente, en agosto la obra quedó
concluida.
El
viaje experimental del primer convoy, formado por la locomotora
“La Porteña” y dos coches -en los que viajaban
algunos pasajeros-, cubrió el trayecto de ida sin inconvenientes,
pero se produjo un accidente en el viaje de retorno. El maquinista
quiso imprimirle mayor velocidad al tren y alcanzó las
25 millas por hora, una velocidad fabulosa para la época.
Pero las vías no estaban preparadas para tamaña
exigencia: la locomotora descarriló y quedó dañado
un tramo de 80 metros.
Los
viajeros, entre los que se encontraban accionistas de la empresa
ferroviaria, sufrieron algunas contusiones, pero se juramentaron
para mantener en secreto el incidente; no querían que
el público se alarmara.
Los
técnicos realizaron las obras necesarias para garantizar
que nada semejante se produjera, y el 27 de agosto se realizó
un nuevo ensayo en privado. Esta vez el éxito coronó
los esfuerzos, por lo que se acordó que dos días
después se realizara el viaje inaugural oficial.
El tren conducido por “La Porteña” recorrió
unos 10 kilómetros. No fue mucha la distancia, pero marcó
el inicio de una actividad que alcanzó notable desarrollo,
fue el motor del progreso argentino durante la mitad del siglo
XX y declinó en la última década de la
centuria.
La
otra locomotora fue La Argentina.
LA
PORTEÑA
Esta
fue la primera locomotora, la que hizo el viaje inaugural el
30 de agosto de 1857, remolcando.
Esta
locomotora fue construida en Inglaterra para conducir el tren
de la India, le tocó transportar tropas en la guerra
de Crimea en 1857 y luego fue devuelta a Inglaterra, era ya
una mercancía de poco uso y valor. Como baratija fue
encontrada por miembros de la Sociedad Caminos de Fierro, la
adquieren y la transportaron a nuestras tierras. Aquí,
luego de su puesta en marcha, remolcó el primer tren...
aquel 30 de agosto de 1857. Actualmente se la puede ver en el
Museo Colonial de Luján.
La
Porteña presta sus primeros servicios, además,
en el sitio de Sebastopol. Una parte del directorio de la Sociedad
de Caminos de Fierro, viajan y adquieren, además de La
Porteña, otra locomotora que la bautizan con el de La
Argentina. Existen discusiones sobre si es cierto que La Porteña
haya estado en la guerra de Crimea, en el sitio de Sebastopol.
Y con referencia a esto nuevos ensayos afirman que las locomotoras
fueron compradas por la Sociedad para ser las que condujeran
las formaciones ferroviarias, sin mediar la guerra, ni otro
tipo de problemas. Este planteo afirma que no es verosímil
la historia de La Porteña, que esta es la locomotora
número dos. Que la número uno era La Argentina,
que fue vendida en 1869, quedando vacante el número uno.
La Porteña toma esa numeración, siempre esta información,
a partir de 1873 hasta 1890, que es dejada fuera de servicio.
Algunos
aspectos nos pueden remitir a decir lo siguiente: por un lado
hay grabados de la época con La Porteña llevando
a las primeras figuras del gobierno, entre ellos Vélez
Sarsfield, Barros Pozos, Bartolomé Mitre, Pastor Obligado,
gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Lavallol
y Valentín Alsina entre otros. Las principales figuras
parecen haber viajado en el tren que era remolcado por La Porteña,
por otro lado ambas locomotoras fueron bendecidas primero, y
luego, recién se inicia el viaje inaugural.
Otro aspecto es que en la versión de Historia de los
Ferrocarriles Argentinos, figura que La Porteña llevaba
el número uno y también los nombres de las locomotoras
difieren con la otra versión, la segunda pertenece a
un artículo publicado en boletín de Historia Ferroviaria
número 6.
Además
de las referencias periodísticas y las inclinaciones
autonomistas del diario de la época ¨La Tribuna¨,
llevaron a colocar a La Porteña como primera locomotora,
esta versión puede ser materia de discusión. Pero
lo cierto, es que los miembros de la Sociedad, ya en 1854, piden
al gobierno de Buenos Aires que utilice tracción a sangre
porque los caballos eran más económicos y había
importante cantidad de ellos. El costo de las locomotoras rebasaba
las expectativas, ya que el beneficio que depararían
las suscripciones no era el esperado. De todas formas, existen
elementos que pueden ser balanceados para uno y otro lado, hablamos
de los orígenes de La Porteña, lo que sí
es el valor del comienzo de los ferrocarriles en nuestro territorio.
El
andar de La Porteña hace hablar y escribir, lo cierto
es que hay que pensar en la importancia de este medio de transporte,
y el beneficio que le dio al país, durante un reinado
sobre el territorio nacional de más de 130 años.
FUENTES:
la Gaceta, propias.
Caracteres:
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