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LOS
TÚNELES EN BUENOS AIRES
Parte II
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud Periódico
25
de julio del 2016
INVESTIGACIONES
CIENTÍFICAS ENTRE 1893 Y 1929
Los
tipos de túneles: tradicionales, los grandes desagües,
las nuevas obras de salubridad y los relacionados con las criptas
de iglesias; en el caso de las grandes casas tenían sus
sótanos diversos. Esto se va perdiendo, parece que queda
como un cuento o comentario en el barrio. Se van olvidando y queda
en el pasado. En 1893 se descubre una gran habitación bajo
piso, abovedada, con un túnel conexo. Fue Burmeister quien
trazó un plano del lugar, pero no se hizo nada más.
Entrado
el siglo XX, en 1904, la conocida revista Caras y Caretas publicó
una nota de Blas Vidal, la cual es planteada como sensacionalista,
mezcla y con mucha ilustración muestra diferencias entre
los Túneles de la calle Defensa del entubamiento del Zanjón
de Granados, los descubiertos por Burmeister que tendrían
hasta 10 metros de alto. Otros son los redescubiertos bajo las
obras del Colegio Buenos Aires en la Manzana de las Luces.
Aparecen
otros túneles como el de la calle Victoria, entre Bolívar
y Defensa; las criptas de San Francisco y San Lorenzo; las momias
bajo la iglesia y otros detalles.
Vidal las llama catacumbas y, además, será el primero
en plantear la hipótesis de que los túneles eran
circulaciones entre iglesias y que formaban una supuesta red bajo
la ciudad.
LAS NOTAS PERIODÍSTICAS
Pasaron
cinco años y aparecen una serie de notas periodísticas
en el diario La Nación, sin firma.
La primera se titulaba: ¨Los subterráneos de Buenos
Aires” y describe el sótano descubierto en la casa
de un señor de apellido Aguirre, en la esquina de Bolívar
e Hipólito Yrigoyen. Se lo había descubierto junto
con otros sótanos, al realizarse los grandes trabajos de
saneamiento urbano bajo la dirección de Carlos Martínez.
Este trabajo tenía por objeto rellenar pozos, cisternas,
letrinas, desagües y toda obra sanitaria anterior a las de
Bateman.
UNA
REFERENCIA A BATEMAN
En
1882 se firma un nuevo convenio con Bateman, por el cual se adoptaría
un plan integral de obras que, además de las aguas corrientes,
incluiría un sistema completo de cloacas y desagües.
Las obras, confiadas a la firma del contratista Antonio Devoto,
se vieron en pocos años interrumpidas por el agotamiento
de los fondos. Ese fue el contexto bajo el que la flamante administración
de Juárez Celman. De tal forma se hizo una transferencia
a un concesionario privado, concretada en 1888. La vigencia de
esta administración privada fue asimismo efímera,
por las dificultades de los concesionarios para colocar los títulos
con los que debían financiarse las obras, y la caída
de la gran firma bancaria involucrada en el negocio, Baring Brothers,
así como por la inviabilidad de las nuevas tarifas en oro
al agudizarse la depreciación de la moneda local.
En
1905, el proyecto de Bateman para el Radio Antiguo estaba concluido.
Se habían terminado el establecimiento de Aguas Corrientes
de Recoleta, el Gran Depósito de Avenida Córdoba
(popularmente conocido como Palacio de las Aguas Corrientes),
las redes de cañerías maestras y distribuidoras
de agua potable, las cloacas externas de la mayor parte de los
distritos, el sifón de la cloaca máxima bajo el
Riachuelo y cinco de los grandes conductos de desagüe pluvial.
Muchos
de los túneles descubiertos en los últimos años
corresponden a los hechos por Martínez en esos años.
Este hombre y sus brigadas de poceros detectaron esta cámara
subterránea, de forma redondeada con hornacinas, una de
éstas incluía aún un cabo de vela, una escalera
de cómodas dimensiones y en gran parte revocada. Se hicieron
excavaciones para ver si se comunicaba con otros túneles
o sótanos, pero nada se pudo descubrir, afirma Schávelzon.
El
periodista escribe en ese momento: que “mucho
se ha hablado de los subterráneos de Buenos Aires, las
leyendas han existido siempre y se contaba y se sigue contando
de misteriosas comunicaciones entre los conventos, entre sitios
determinados por la autoridad y el Fuerte viejo (…) nada
de esto se ha encontrado hasta ahora, no sólo en los trabajos
que se practican por orden del Dr. Penna, sino en los serios y
profundos que se hicieron para las obras de salubridad (…),
subterráneos aislados, sí se han hallado muchos
y curiosísimos, pero red de comunicaciones no”.
Sobre lo que afirmaba el colega, el arqueólogo sostiene:
Quizás sin darse cuenta estaba planteando varias de las
hipótesis, a favor y en contra, que se manejarían
durante los siguientes 80 años.
Foto de la galería norte de los túneles bajo el
mercado del centro. Revista PBT, 1906.
En otra nota periodística titulada “La casa de don
Juan Manuel de Rosas, escondrijos misteriosos”, en la cual
se describe, sin gran sapiencia, los sótanos descubiertos.
Se trataba de una compleja construcción autónoma
bajo el patio central, que se compone de 4 pozos y 3 grandes cámaras
subterráneas con comunicación entre sí. Si
bien ahora es difícil explicar este rompecabezas, el plano
y corte publicado no coinciden con la descripción del texto.
Lo que no deja dudas es que, Rosas tenía allí, con
bastante lógica para la época, una construcción
mucho más compleja de la que se podía ver a simple
vista.
No se encuentran rastros de comunicación ni túneles
que tengan relación con los descubiertos o conocidos.
Los
objetos descubiertos: un plato de loza con el rostro de Napoleón,
cubiertos, botellas, tinteros, vasos, una bayoneta, una espada,
un embudo, parte de una puerta y otros objetos de uso cotidiano.
El tipo de objetos tiene que ver con los años de uso de
la casa y que hay sistema de desagües reemplazados por cañerías
de obras sanitarias.
Otra nota sobre los detalles de cómo se demolió
el Mercado Viejo, construido en 1865, en 1907, en la esquina de
Perú y Alsina. Fueron tan sensacionales los descubrimientos
que sí despertaron la avidez de la población por
saber.
El
primer túnel descubierto tenía tirantes de madera
en el techo, interviene la municipalidad de la Ciudad y cuando
lo vacían encuentran: armas en desuso, vasos, cuchillos
y cabellos humanos, a los cuales la leyenda rápidamente
atribuyó un origen relacionado con el viejo Motín
de las Trenzas; había también 6 cámaras o
sótanos que eran utilizadas por el Mercado, algunos sí
se comunicaban entre ellos.
En 1909 una nota periodística y con fotografías
de una cisterna, una cámara en forma tronco-cónica
de 13 metros de profundidad descubierta en Belgrano 550 y que
perteneciera a los Dominicos.
En
otra nota de Caras y Caretas sostenía: “Habiendo
la Asistencia Pública emprendido obras de saneamiento (…)
se llegó a descubrir una vez un subterráneo en el
Mercado Viejo. La noticia produjo honda impresión, pues
se encontraban los ánimos predispuestos (…) El ingeniero
Carlos E. Martínez, que dirige las obras, ha venido a estropear
todas las ilusiones” ya que sólo se han descubierto
objetos comunes: “De instrumentos de tortura, ni siquiera
una navaja de afeitar; de cadáveres de monjas y chiquillos
clavados en la pared, ni el pelo; y de onzas de oro…”
Nuevamente
sostiene Schávelzon: Pero más allá de la
postura sarcástica del anónimo autor, las fotografías
son de importancia: la escalera y el interior de la cámara
abovedada de Bolívar 107 en la cual se aprecia el piso
de baldosas, las hornacinas para la luz y el revoque de paredes
y escalera. Estas fotos nos permiten fechar la construcción
con bastante seguridad, como posterior a 1800/1820. También
se incluyeron fotos de los objetos provenientes del sótano
de Rosas y una vista del túnel del Colegio Nacional.
Descubrimiento de una enorme cisterna subterránea en 1909:
fue confundida con un túnel por sus grandes dimensiones.
Foto de la Nación de cuando se dio a publicidad.
Luego de estos descubrimientos, lo que sí hubo fue un trabajo
de expertos de distintas disciplinas que se involucraron en buscar
los túneles de Buenos Aires y tener mayor exactitud sobre
los mismos.
Fotografía de La Razón de un túnel descubierto
en una demolición en la actual calle H. Yrigoyen y Bolivar
en 1828.
El 6 de octubre de 1920 se publicó un trabajo firmado por
Félix Outes, arqueólogo e historiador de gran prestigio,
en el diario La Unión. Se trataba de una explicación
al descubrimiento de una entrada al túnel del Zanjón
de Granados, que quedó a la vista en Chile y Defensa. Outes
afirma que este túnel había sido construido por
Bateman, en 1871, para desaguar el anti¬guo Tercero del Sud
y pedía que se procediera a rellenarlo.
Dice
Schávelzon: Recordemos que en 1904 Blas Vidal también
lo había recorrido y trazado un plano; el único
error de Outes era que fue Bateman quien lo había dejado
fuera de uso hacia 1880, y no quien lo construyó, ya que
era una obra de 1865, ante¬rior a que este ingeniero llegara
al país.
En 1922 Leopoldo Lugones titulaba su nota como: El hundimiento
de Buenos Aires, donde hablaba de un túnel en Callao y
Corrientes, el cual partiría de un convento cercano para
unirse a una vasta red bajo la ciudad. En 1926 Manuel Oliver publicó
otra nota en la que cuenta que bajo la demolición del Cuartel
de plaza Lorea se descubrió parte de un túnel en
el cual “creo que hasta había esqueletos, pero un
día el jefe de la obra, por orden del jefe, ordenó
tapar el túnel”.
Se
utiliza el potencial en ambos trabajos…
Posturas historiográficas:
Científica: Greslebin el mayor exponente.
Romántica – fantasiosa
Crítica: Outes como ejemplo.
Con estas disputas se encuentran titulares en La Unión
donde unos aseveran que se pueden hundir cuatro manzanas del centro
e inmediatamente, esto era desmentido por los científicos.
El túnel de Belgrano al 500 fue descubierto el 30 de abril
de 1950. tendría varias ramificaciones y mediría
1,60 por 1,30 metros de dimensiones interiores.
Túnel bajo la Manzana de las Luces. En la foto, Héctor
Greslebin (derecha) en 1920.
Un artículo en La Prensa en 1927, lleva a que Félix
Outes responda preguntas y formule su postura al respecto:
1) Las construcciones subterráneas son de diferentes sistemas
constructivos, para diferentes funciones y todas ellas de uso
domiciliario.
2) Si bien algunas son coloniales y “sumamente interesantes”,
por lo general son del siglo XIX o incluso posteriores.
3) Los túneles de la Manzana de las Luces fueron hechos
por las obras de saneamiento de 1909, excavados por el ingeniero
Carlos Martínez.
4) Los túneles de Alsina y Chacabuco fueron excavados por
Felipe Centenach durante las invasiones inglesas.
5) Los túneles de Belgrano, Bolívar, Perú,
Moreno son los del escándalo de Stegman de 1848, hechos
para asesinar a Rosas.
6) Los sistemas antiguos de desagüe de letrinas y retretes
eran muy sofisticados hasta 1880.
7) Hay construcciones a las cuales no es posible aún atribuirles
una función precisa.
8) Los túneles de los entubamientos de los Terceros son
de fin de siglo.
Las
discusiones llevaron a un punto muerto como en muchas disciplinas
y quien perdió fue la preservación de los valores
arquitectónicos, culturales e históricos.
Un nuevo túnel en 1928 en Victoria (actual H. Yrigoyen)
entre Bolívar y Defensa. Se trataba de un túnel
del tipo clásico, que doblaba tras un tramo perpendicular
a la fachada, hacia Defensa.
SIN
GRANDES APORTES ENTRE 1929 – 1969
En
el Bajo Belgrano, en 1934, se descubrió un grupo de contrabandistas
que descargaban su mercadería en la boca del entubamiento
del arroyo Vega, actual Blanco Encalada y llegaban a un túnel
cercano.
También los túneles de la Asistencia Pública
descubierto en 1931. Los del Cabildo, descubiertos en 1936.
En
1938, cuando se demolió el frente de la Casa Rosada que
daba a la antigua calle Victoria, agregaba el dato de la probable
existencia de sistemas de defensa subterráneos en ese sector.
La vieja Aduana Nueva hecha por Taylor en 1856.
Primera
versión el 7 de julio del 2013
FUENTES:
varias y propias.
Caracteres:
11.812
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