HOSPITAL
BRAULIO MOYANO
Parte II
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
28
de octubre del 2011
El
espacio llamado Convalecencia fue un lugar abierto en lo eran,
ese momento, límites de la ciudad colonial de Buenos
Aires, no era un terreno vacío sino que se comercializaba
ganado en pie que abastecía a la ciudad y las barracas
que procesaban a la vez los productos derivados como: cuero,
cebo, carnes saladas y otros. Por ello hoy es el corazón
del barrio de Barracas y con el puerto principal de Buenos Aires
que rodea la zona sur – este de la Ciudad de Buenos Aires.
Es
así que esta Casa de mujeres hacia 1854 se asienta en
una manzana del polo principal de comercialización del
ganado en pie. Su propietario "Ignacio Zevallos" o
Ceballos que tenía esta quinta o chacra ubicada en el
sur este de la ciudad.
El
propietario de la chacra dona una manzana para los Altos de
San Pedro, en el actual barrio de San Telmo, además una
chacra a los Jesuitas en 1734 para formar una Casa Auxiliadora
que se inaugura un año más tarde, llamada Residencia
de Belén, hacia el río y al lado del Instituto
Superior y Museo del Servicio Penitenciario Federal que se ubica
en Defensa a mitad de cuadra de la Plaza San Telmo. Otras fuentes
hablan que se fundó esta Chacra de Belén en 1734.
En
la página oficial del Museo, hoy ubicado en Humberto
Primo 378 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires se
puede leer lo siguiente: Inaugurado en 1980, este museo se encuentra
en un edificio del siglo XVIII, que a lo largo de los años
albergó desde un asilo de insanas mentales hasta un polvorín
y una cárcel de mujeres.
En
cuanto a la población de la ciudad colonial según
el registro de las parroquias.
En 1740 13.840 habitantes.
En 1765 20.000 habitantes.
En
1767 son expulsados los Jesuitas, estos dejan, como en gran
parte de país, obras, en este caso: la Residencia de
Belén, la Casa de ejercicios espirituales y la Chacra
de Belén.
Tres años después, 1770, los Betlemitas solicitan
al rey, por medio de su Procurador General, las propiedades
de los jesuitas para trasladar el hospital Santa Catalina. En
1793 estas propiedades pasan a manos de los Betlemitas las propiedades
jesuitas.
Esta
orden llega a estas tierras en 1740 y son seis los monjes que
provienen de Europa con la intención de hacerse cargo
de los hospitales, de acuerdo a la concesión del Fiscal
del Consejo de las Indias, por ello, toman bajo su custodia
el hospital Santa Catalina.
A fines del siglo XVIII, en 1799 esta parte de la residencia
se destina a los convalecientes, incurables, locos y contagiosos
y es regulada por la Junta de Temporalidades.
Se realizan obras en la parte alta de la Chacra de Belén
destinada a los convalecientes, aquí en el sitio oficial
del Hospital Moyano, el doctor Juan Pablo Parés sostiene:
Aquí debo destacar, que ésta referencia, es la
primera, que relaciona al lugar, con una actividad hospitalaria
o de asistencia a enfermos; también, la características
de los mismos, le da luego el nombre conocido de la "Convalecencia".
También, nos da el punto de anclaje, la "parte alta"
de la chacra, con las construcciones hechas, para el lugar posterior,
50 años después, de la Casa de Mujeres Dementes.
Para el Dr. Loudet, las construcciones se realizaron en 1793.
Y
agrega que esto es esencial para comprender que la parte alta
de la chacra conformará en sus límites inmediatos
los que hoy son los hospitales Moyano y Borda y agrega Parés:
La descripción del lugar habla de una meseta de lados
irregulares, cubierta de pastizales, borde sudoeste de la ciudad,
rodeada de una barranca con altura que no sobrepasa los 10 metros
con características agrestes. Y sólo queda preguntarnos,
hasta donde se extendía la parte baja. Concluyendo es
este punto, solo puedo referir, que lo que es hoy el Borda y
Moyano, son solo una parte de dicha chacra, la zona alta, la
meseta.
BREVE
REFERENCIA A LA PARTICIPACIÓN DE LOS BETLEMITAS
Esta
orden jugó en la contrarrevolución de Martín
de Álzaga, quien era el jefe del partido español
en Buenos Aires que quiere terminar con la revolución
iniciada, en el caso de Buenos Aires en mayo de 1810 y en el
continente, un año antes con la Junta Tuitiva y la tarea
de Miranda y otros, pero esta congregación tuvo una figura
dominante
Fray José de la Animas: ¨Y si bien, el hospital de
la Residencia, era el centro de la conspiración, como
se probó, el Cuartel General de maniobras y reuniones
secretas, eran las edificaciones de la "Convalecencia"
(ver grabado), dado su lugar apartado.
Ajusticiado el Rector de los Betlemitas, junto a Alzaga, el
lugar, quedó en la memoria, como centro de conspiración;
las relaciones entre el clero y el estado, también decayeron¨,
afirma Parés.
Luego
con el primer presidente, Bernardino Rivadavia, estos bienes
pasan a manos del Estado y se forma la Sociedad de Damas de
la Beneficencia el 21 de enero de 1823.
Población
en 1822
55.516 pobladores entre la ciudad y sus alrededores, estimación
de Rawson es de 76.000.
JOSÉ
INGENERIOS
"El
edificio está perfectamente situado. El aire lo ventila
por todos lados y la vista se extiende en todas direcciones
sin tropiezo; circunstancia importante pues es sabido que los
medios higiénicos son muy eficaces para calmar la exaltación
de las personas dementes y contribuyen también poderosamente
a su radical curación.
"Los
dormitorios nos han parecido espaciosos, claros, ventilados
y secos. Las camas de hierro muy cómodas, como todas
las piezas que la componen. Entre los dormitorios los hay grandes
para las enfermas que pueden estar reunidas sin inconvenientes,
como otros pequeños y separados para las que es preciso
tener aisladas.
"El
comedor es una sala hermosa y sirve a la vez de punto de reunión.
Las piezas de la ropería, de los baños, del trabajo,
la enfermería, la cocina, la despensa, son igualmente
espaciosas y a propósito para el objeto a que están
destinadas". La casa tenía tres grandes patios,
bautizados con los nombres de los alienistas Pinel y Esquirol,
y del Gobernador Obligado. "En la Convalecencia se ha comprendido
la utilidad de sujetar a los dementes aislados en ella a un
método conforme al que se recomienda en Europa para tratar
este género de dolencias, gracias al celo infatigable
e inteligente del doctor Bosch". Las enfermas eran ocupadas
en trabajo de costura, por cuenta del Estado. "No faltan
recompensas para estimular a las que mejor se conducen. Se procura
satisfacer sus buenos deseos, acordándoles mayor libertad
y permitiéndoles salir fuera de la casa a hacer ejercicio.
Luego se va a cuidar de preparar el terreno de manera que ofrezca
lugares amenos para el paseo. Se da un mejor vestido también
a las que se distinguen por su buena conducta, esto es, a las
que hacen mayores esfuerzos para triunfar de los extravíos
de su mente. Éstas estiman el mate y el cigarro como
uno de los presentes mejores y hacen esfuerzos para merecerlos.
"En el comedor suelen reunirse hasta 45 dementes de las
76 que existen en el establecimiento; pero donde se las ve juntarse
en mayor número y con mejor voluntad es en la sala de
costuras, en la que a la oración se encienden luces y
se reza el rosario enfrente de una imagen de la Virgen".
Por
referencia de personas que conocieron la Convalecencia en sus
primeros años, podemos afirmar que se parecía
a un Beaterío o casa de recogimiento, más bien
que a un Hospital. A fines de 1856 el número de asiladas
ascendía a 91.
En
1860, ampliada ya la casa, la Comisión Filantrópica
cesó en sus funciones, continuando la Sociedad de Beneficencia
como autoridad dirigente del Hospicio. En abril se fijó
la extensión de los terrenos que corresponderían
a la "Convalecencia" (mujeres), deslindándolos
del Departamento Topográfico de los que deberían
asignarse a la "Casa de Dementes" (varones). La Locura
en la Argentina - VI. Los modernos asilos para alienados - (1919).
Para
el Censo Municipal de 1855 el mismo arrojaba totales de: 46.634
hombres y 46.075 mujeres, con un 52 por ciento de nativos y
el 48 por ciento de extranjeros en el caso de los hombres y
el 78 por ciento de nativas para las mujeres y el 22 de extranjeras.
En el Censo Municipal de 1869 la población era de: 103.464
hombres y 83.662 mujeres, repartidos de la siguiente forma:
un 38 por ciento de nativos y un 62 por ciento de extranjeros
para los hombres y en el caso de las mujeres: 66 por ciento
de nativas y 34 por ciento de extranjeras.
Es
importante destacar que para estos tiempos, la esclavitud en
nuestros parajes era más que importante, que muchas de
las mujeres que fueron a parar con sus huesos a La Convalecencia
fueron las mujeres pobres, las mujeres de las clases altas tuvieron
otra contención.
FUENTES:
Dr. Pablo Juan Parés – Sitio oficial del Hospital
Moyano – página del gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires – Biblioteca diario Clarín, obras de José
Ingenieros y otros.
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