Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma.

Ernesto Guevara de la Serna (El Che)

Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.

Sir Francis Bacon

Actualizado: 21 Julio, 2018 18:57

SALUD Y CIENCIA INFORMES / INVESTIGACIONES / OPINIÓN

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DEL LIBRO FERROVIARIOS • SINFONÍA DE ACERO Y LUCHA
LOS POLICLÍNICOS/HOSPITALES FERROVIARIOS

Por Rafael Cattáneo * especial para Latitud Periódico

4 de febrero del 2011


Dedicado a todos los trabajadores del riel que lucharon
Por un hospital ejemplo de atención y modernización.
A todos los ferroviarios que dieron sus nervios,
Vidas y sueños por los ferrocarriles argentinos.
A la memoria de todos los trabajadores que
Ocuparon un puesto en el policlínico ferroviario.
Rafael Cattáneo

La idea de la creación de un hospital para los trabajadores del riel tiene sus comienzos el 6 de agosto de 1936, cuando el Dr. Benjamín Villafañe, entonces senador, encabezando un grupo de legisladores de la época, presenta un proyecto para dar nacimiento al Hospital para los ferroviarios. El profesor Guillermo Gagliardi escribe en el origen histórico de la obra social ferroviaria que este acto estaba: “inspirado en las fértiles ideas de cooperación obrera de los asociados al antiguo gremio La fraternidad”… según el autor citado, se le da a la sociedad del personal de locomotoras la suma de $ 300.000 m/n, luego aumentando el subsidio a $ 900.000 m/n.

Luego se firma el acta de la comisión mixta de los gremios ferroviarios “para la construcción, instalación del policlínico ferroviario, sanatorio y consultorios externos”. Esta comisión la integran miembros de la Unión Ferroviaria (1922) antes llamada Federación Ferrocarrilera (1912) y La Fraternidad (1887). Mediante este acto se comienza a construir la historia del policlínico central ferroviario.
Se concreta el sueño de muchos hombres y mujeres que en esos tiempos no tenían un acceso digno a la salud.

Este acuerdo en algunos de sus puntos dice:
1: “Las comisiones directivas de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad ejercen permanente y conjuntamente la superintendencia del sanatorio y consultorios externos que se instalen en los distintos puntos de la republica…” (Del libro “La Unión Ferroviaria a través del tiempo” (1922-1947).
También se acordó que se nombrara una comisión integrada de tres miembros de cada entidad para facilitar la tarea del estudio, instalación y funcionamiento del futuro hospital. Los fondos para poner en marcha el sueño del policlínico, como dijimos arriba, salieron parte de subsidios pero también se gestionó la autorización a descontar por planilla de sueldos una determinada cuota que voluntariamente aportaran los socios a esta iniciativa. Se comenta en varias publicaciones que la partida votada por el congreso de $ 900.000 se fue perdiendo y nunca llego a ser efectiva. Sobre esta situación el libro “La Unión Ferroviaria a través del tiempo” dice: “desgraciadamente no pudo hacerse efectiva total o parcialmente ya que nunca llegó a cobrarse cuota alguna”.

Durante el año 1939 se comienza una intensa campaña en las distintas publicaciones de los gremios del riel propagandizando la obra, solicitando distintos apoyos.
La comisión mixta imprimió un folleto explicativo, según se pudo investigar, de este se distribuyeron 160.000 ejemplares. En esa época ya se había conseguido 20.000 adherentes que estaban conformes en que se les fuera descontada, por planillas, la cuota de $ 1 mensual.

Esto de los socios es muy importante destacar, por la situación en que dejaron los directivos de la obra social la red de hospitales.
La comisión mixta realizó varias consultas a médicos sobre la posibilidad de iniciar los servicios con la base de adherentes arriba citada.
“…Se estimó entre $ 80.000 y $ 100.000 el gasto que demandaría la instalación de los consultorios externos e instituto del diagnostico en Capital Federal” (La Unión Ferroviaria a través del tiempo).

Ya estaba en marcha el descuento voluntario de la cuota ($ 1) a cada trabajador.
Es muy importante recalcar que todos los compañeros que aceptaron ese descuento antes del 31/12/39 fueron nombrados socios fundadores del hospital. Corría el año 1940 cuando se decide en las asambleas generales de delegados la compra del sanatorio Angloamericano, situado en Freire 2812, con todas sus instalaciones. Es en dicha dirección donde comenzó a funcionar el primer hospital ferroviario.

La compra se concretó en $ 300.000 m/n el día 26 de agosto de 1940. El 14 de octubre quedó inaugurado el instituto médico con una base de 25.000 adherentes. El profesor Guillermo Gagliardi escribió en su trabajo sobre la “prehistoria de la asistencia ferroviaria en Argentina que esta obra “fue la esperanza de todos los que trabajaban en el riel en la Republica Argentina… se había hecho carne, de esta manera, los viejos e idealistas principios del mutualismo libre, eternamente vigentes y necesarios, de la universalidad, igualdad, accesibilidad y solidaridad”.

La dirección y administración fue ejercida por la comisión mixta, se recibieron importantes donaciones en efectivo, en materiales y también en tierras donadas en Cosquín. En el año 1942 se inauguran los consultorios externos de la ciudad de Rosario (núcleo ferroviario). Según se pudo leer en “La historia de la Unión Ferroviaria a través del tiempo”…en el año 1942 se atendieron 47.775 consultas, 1.760 internaciones y 1689 operaciones.

Durante casi seis años se logró poner en funciones una cantidad asombrosa de hospitales, consultorios externos. Según se pudo investigar en varias publicaciones, hasta 1946 había en funcionamiento los siguientes espacios para la atención del trabajador del riel: Capital Federal: Hospital Central, clínica fisiológica, consultorios externos (Victoria e Independencia) y farmacia central. Buenos Aires: Hospital regional de Bahía Blanca, salas hospitales de Pergamino y Bragado, sala primeros auxilios de Mechita y consultorios externos de Junín.
– Santa Fe: Hospitales regionales de Rosario y Santa Fe, clínica fisiológica de Rosario, consultorios externos de Rosario, Gálvez y Villa Diego.
– Córdoba: Hospital regional de Córdoba, Cosquín, Alta Gracia.
– Salta: Hospital regional de Salta.
– Tucumán Hospital regional Tucumán y consultorios externos de Tafí Viejo.
– San Luís: médico de zona en Justo Daract.
– Entre Ríos: médico de zona en Nogoya, Crespo y Concepción del Uruguay.

Y desde 1946 hasta 1948 se inauguran también el servicio odontológico en Junín se inauguran consultorios externos en Palmira y San Juan, el hospital regional de Mendoza (veremos luego lo que se hizo con él) y hospitales en Paraná y Diamante (Entre Ríos), Monte Caseros (Corrientes); salas hospitalarias en Tandil, Cruz del Eje, Basavilbaso, General Pico, Añatuya y consultorios externos en Embarcación y en la zona patagónica: Esquel, Jacobacci y Viedma. También se habilitó el Hospital Regional en Jujuy y sala de primeros auxilios en Volcán. Se abren los consultorios ferroviarios de La Plata, Río Colorado (Río Negro), Güemes (Salta), como también la sala Hospital San Nicolás y el hospital regional de Mar del Plata. En medio de estos años se funda la Dirección General de Asistencia y Previsión social para ferroviarios según decretos números 168 y 969/44. Los objetivos de la institución serian la solución de todos los problemas de asistencia y previsión social del gremio. En el libro “Historia de los Ferrocarriles Argentinos” de Millán y otros se dejan sentados los fines profundos de su creación: “edificar la nueva conciencia sanitaria sobre la majestad del concepto de cuidar preferentemente la salud, como el mayor bien de la tierra… El porvenir es de la medicina preventiva y por su segura senda debemos encaminar nuestros pasos”. Da bronca leer estas bases y ver el desastre que se cometió con la obra social ferroviaria, la liquidación de todos sus hospitales, salas y consultorios. Estamos en el año 2009 y los trabajadores ferroviarios no tenemos nada de lo que se logró entre los años 1940 y 1952 año de inauguración del policlínico central ferroviario en la zona de Retiro, hoy abandonado, saqueado y vaciado por las distintas direcciones de los gremios y la obra social, próximo a ser comprado por el estado al gremio en 12 millones de pesos para realizar algún proyecto inmobiliario. Este es el avance en la medicina preventiva actual. La verdad no. Sigamos reconstruyendo la historia de nuestros hospitales.

Llegamos al año 1944 y mediante los decretos 2651 y 14.533 del 6 de febrero de 1944 y el 3 de junio de 1944, el Poder Ejecutivo de la Nación cedió una fracción de tierra para el hospital central ferroviario. Esos lotes eran los números 9,10 y 11 de la zona c urbanizada del Puerto Nuevo de la Capital Federal con una superficie total de metros cuadrados 24.227,4 y un subsidio de $ 1.000.000 como contribución a la obra. Estos terrenos se transfieren “a la Unión Ferroviaria y La Fraternidad a titulo permanente y con destino al policlínico”. El 7 de enero de 1944 sale el decreto número 168 que hizo obligatorio el pago de la cuota para el hospital ferroviario por parte de todos los ferroviarios en servicio activo, que más tarde se extenderá a los jubilados. La cuota era de: $1 hasta sueldos de $ 200, hasta $ 5 en los sueldos superiores de $ 450, según se pudo observar en “La historia de la Unión Ferroviaria”. Se llega así al 10 de Noviembre de 1944 con la colocación de a piedra fundamental, acto presidido por el general Juan Domingo Perón, Luis González, el general Pistarini y el coronel Mercante.

Es el comienzo de la construcción de uno de los hospitales más importantes de Argentina y Sud América. El general Perón en sus palabras pronunciadas en el acto dijo: “se realiza una labor con amor y estas obras han de ser trascendentes como que los hijos del amor son siempre más bellos”. ¿Qué diría Juan Perón de lo que han dejado del policlínico central ferroviario?
Eran épocas doradas de los ferrocarriles argentinos ya que el 1 de Marzo de 1947 se nacionalizan los ferrocarriles y como dice Juan Carlos Cena por primera vez la Nación tuvo un sistema integral de transporte ferroviario. En esos años el país cuenta con más de 46.800 km. de vías. Al final del año 1942 en plena expansión de la obra social los afiliados eran más de 46.150 trabajadores. Es importante señalar que el poder ejecutivo resolvió darle al policlínico carácter de obra pública, encargándose el ministerio de obras públicas su construcción.

En abril de 1946 se terminó el pilotaje del terreno. La licitación para tamaña obra se dio el 1 de julio mediante el decreto número 1950 que realizó la dirección nacional de arquitectura y se adjudicó a la firma “Compañía General de Obras Publicas”. La obra tuvo un costo de $ 6.786.147,37 y siendo la partida total de $ 7.677.733 incluyendo en este presupuesto los muebles, útiles e instrumental necesario para el hospital.

Se habilita el 20 de abril de 1954 con 660 camas, luego con los años llegó a contar con más de 700 camas. Es muy importante señalar que el policlínico fue hospital escuela donde los estudiantes hacían sus residencias. Por el aporte de varios médicos que trabajaron en el hospital todos coincidieron en señalar el avance tecnológico que lo igualaba por ejemplo con el Hospital Italiano entre otros. Fue el primer hospital que contó con una bomba de circulación extracorpórea para operaciones de pulmón traída de Brasil. Asistió a más de 300 pacientes en forma simultánea, formador de médicos que con el tiempo adquirieron sumo prestigio y sede de encuentros internacionales sobre medicina.

Entre muchos profesionales que pasaron por el policlínico podemos nombrar a: Dr. Pedro Maciel, Dr. Jorge Gleni, Dra. Gloria Nitrozi, Dr. Hugo René Mercado, Dr. Miguel Ángel Lucas, Dr. Bianchi y Dr. Antonio Sirino con este último pudimos conversar.
“… Me mata verlo así, es terrible. Yo lo viví a ese hospital, era una manifestación de gente. Vi desde lo más complejo hasta lo más simple. Atendía 2.000 personas por mes yo solo…” recuerda este médico que fue jefe de clínica médica del policlínico.
El Dr., Sirino nos cuenta que en 1976 se comenzó a utilizar la filmación en 35mm para las operaciones y estudios, por esos años había 15 quirófanos, más de 750 camas, 2 quirófanos de cardiocirugia más el quirófano de guardia, Es importante recordar que el hospital funcionaba las 24 horas. En el segundo piso había un aula para dar conferencias, pasar películas de las operaciones. Su capacidad era de 200 personas, a cargo de esos cursos estaba el Doctor Guillermo Masnata prestigioso profesional que con los años integró el equipo del doctor Favaloro.

Toda esta época de esplendor comienza a perderse en los primeros años de la década del 80’, según nos dice el Doctor Sirino “… lo manejaba gente que no sabia. No podían manejar un hospital no sabían ni cuanto costaba una día cama. Yo un día fui con esa inquietud y me dijeron que no rompa las pelotas”.Todo este manejo con el tiempo se fue profundizando, sobre todo mediante sobreprecios en los insumos y desde ya un hecho político característico de la década del ’80: el abandono de toda propiedad pública, en este caso la salud. Otra anécdota que nos aportó el Dr. Sirino es muy grafica sobre el porque de la decadencia y el desvió de fondos destinados al policlínico:” En un congreso sobre el PAMI y el Hospital Ferroviario el preguntó a los directivos si con lo que pagaba el PAMI alcanzaba para pagar los sueldos de todos los hospitales ferroviarios. Desde la dirección de la obra social se respondió que si. Sigo preguntando –dice el Dr. Sirino– si el ferrocarril hacia los aportes en tiempo y forma. Se dijo que si. Entonces entre risas socarronas dije “entonces porqué mierda no tengo nada de insumos”.

El dinero siempre estuvo, la situación era a donde se destinaban los descuentos que se hacían a los trabajadores y los aportes de la empresa. Este método de desvió de fondos luego se profundiza ya en los finales de los ’90, cuando el hospital es concesionado a distintas prestadoras médicas fantasmas que desvían los aportes hacia agujeros negros sin que entre al hospital un solo peso y mucho menos las inversión a la que se habían comprometido.

El Doctor Roberto Papolio que realizó la residencia en el año 1984, nos cuenta sobre la estructura de los pisos haciendo hincapié en la atención psiquiatría que tenía camas sólo para internación de los pacientes con problemas psicológicos sin necesidad de trasladarlos a clínicas específicas. Recuerda emocionado que muchos de sus compañeros querían hacer la residencia en el Ferroviario por el prestigio que tenían sus profesionales.

Entre los cuales se destaca al doctor Amilcar Challu, quien en el año 1968 crea el servicio de nefrología. Para tal propósito fue cedido el noveno piso que se hallaba abandonado. El mismo doctor Challu dice: “que con el apoyo de las autoridades, la industria y paso a paso fuimos construyendo n servicio modelo, con consultorios, laboratorios, internación y diálisis. Dictábamos cursos de postgrado, realizábamos estudios clínicos y ensayos de drogas y llegamos a tener residencia de la especialidad”.
Entre otros cursos que se dictaron en el Policlínico Ferroviario pueden citarse los siguientes: Primer curso de cirugía de urgencia auspiciado por el departamento de docencia e investigación del Policlínico (Servicio de cirugía general A) director Dr. Roberto De Rosa.

Primer curso de sexología organizado por la Dra. Hebe Cattinelli. El tercer curso de sexología también se dictó en el Policlínico en el año 1990 con una mesa sobre el aborto coordinada por la misma profesional arriba citada.

• Rafael Cattáneo es un ferroviario en actividad, por supuesto, por razones de seguridad laboral no revelamos su nombre. Este trabajo que entregamos en forma completa fue publicado en forma exclusiva en el libro de Juan Carlos Cena, FERROVIARIOS, SINFONIA DE ACERO Y LUCHA – agosto del 2009. Los autores no han cedido en forma también exclusiva esta investigación.

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