DEL
LIBRO FERROVIARIOS • SINFONÍA DE ACERO Y LUCHA
LOS
POLICLÍNICOS/HOSPITALES FERROVIARIOS
Por
Rafael Cattáneo * especial para Latitud Periódico
4
de febrero del 2011
Dedicado a todos los trabajadores
del riel que lucharon
Por un hospital ejemplo de atención y modernización.
A todos los ferroviarios que dieron sus nervios,
Vidas y sueños por los ferrocarriles argentinos.
A la memoria de todos los trabajadores que
Ocuparon un puesto en el policlínico ferroviario.
Rafael Cattáneo
La
idea de la creación de un hospital para los trabajadores
del riel tiene sus comienzos el 6 de agosto de 1936, cuando
el Dr. Benjamín Villafañe, entonces senador, encabezando
un grupo de legisladores de la época, presenta un proyecto
para dar nacimiento al Hospital para los ferroviarios. El profesor
Guillermo Gagliardi escribe en el origen histórico de
la obra social ferroviaria que este acto estaba: “inspirado
en las fértiles ideas de cooperación obrera de
los asociados al antiguo gremio La fraternidad”…
según el autor citado, se le da a la sociedad del personal
de locomotoras la suma de $ 300.000 m/n, luego aumentando el
subsidio a $ 900.000 m/n.
Luego
se firma el acta de la comisión mixta de los gremios
ferroviarios “para la construcción, instalación
del policlínico ferroviario, sanatorio y consultorios
externos”. Esta comisión la integran miembros de
la Unión Ferroviaria (1922) antes llamada Federación
Ferrocarrilera (1912) y La Fraternidad (1887). Mediante este
acto se comienza a construir la historia del policlínico
central ferroviario.
Se concreta el sueño de muchos hombres y mujeres que
en esos tiempos no tenían un acceso digno a la salud.
Este
acuerdo en algunos de sus puntos dice:
1: “Las comisiones directivas de la Unión Ferroviaria
y La Fraternidad ejercen permanente y conjuntamente la superintendencia
del sanatorio y consultorios externos que se instalen en los
distintos puntos de la republica…” (Del libro “La
Unión Ferroviaria a través del tiempo” (1922-1947).
También se acordó que se nombrara una comisión
integrada de tres miembros de cada entidad para facilitar la
tarea del estudio, instalación y funcionamiento del futuro
hospital. Los fondos para poner en marcha el sueño del
policlínico, como dijimos arriba, salieron parte de subsidios
pero también se gestionó la autorización
a descontar por planilla de sueldos una determinada cuota que
voluntariamente aportaran los socios a esta iniciativa. Se comenta
en varias publicaciones que la partida votada por el congreso
de $ 900.000 se fue perdiendo y nunca llego a ser efectiva.
Sobre esta situación el libro “La Unión
Ferroviaria a través del tiempo” dice: “desgraciadamente
no pudo hacerse efectiva total o parcialmente ya que nunca llegó
a cobrarse cuota alguna”.
Durante
el año 1939 se comienza una intensa campaña en
las distintas publicaciones de los gremios del riel propagandizando
la obra, solicitando distintos apoyos.
La comisión mixta imprimió un folleto explicativo,
según se pudo investigar, de este se distribuyeron 160.000
ejemplares. En esa época ya se había conseguido
20.000 adherentes que estaban conformes en que se les fuera
descontada, por planillas, la cuota de $ 1 mensual.
Esto
de los socios es muy importante destacar, por la situación
en que dejaron los directivos de la obra social la red de hospitales.
La comisión mixta realizó varias consultas a médicos
sobre la posibilidad de iniciar los servicios con la base de
adherentes arriba citada.
“…Se estimó entre $ 80.000 y $ 100.000 el
gasto que demandaría la instalación de los consultorios
externos e instituto del diagnostico en Capital Federal”
(La Unión Ferroviaria a través del tiempo).
Ya
estaba en marcha el descuento voluntario de la cuota ($ 1) a
cada trabajador.
Es muy importante recalcar que todos los compañeros que
aceptaron ese descuento antes del 31/12/39 fueron nombrados
socios fundadores del hospital. Corría el año
1940 cuando se decide en las asambleas generales de delegados
la compra del sanatorio Angloamericano, situado en Freire 2812,
con todas sus instalaciones. Es en dicha dirección donde
comenzó a funcionar el primer hospital ferroviario.
La
compra se concretó en $ 300.000 m/n el día 26
de agosto de 1940. El 14 de octubre quedó inaugurado
el instituto médico con una base de 25.000 adherentes.
El profesor Guillermo Gagliardi escribió en su trabajo
sobre la “prehistoria de la asistencia ferroviaria en
Argentina que esta obra “fue la esperanza de todos los
que trabajaban en el riel en la Republica Argentina… se
había hecho carne, de esta manera, los viejos e idealistas
principios del mutualismo libre, eternamente vigentes y necesarios,
de la universalidad, igualdad, accesibilidad y solidaridad”.
La
dirección y administración fue ejercida por la
comisión mixta, se recibieron importantes donaciones
en efectivo, en materiales y también en tierras donadas
en Cosquín. En el año 1942 se inauguran los consultorios
externos de la ciudad de Rosario (núcleo ferroviario).
Según se pudo leer en “La historia de la Unión
Ferroviaria a través del tiempo”…en el año
1942 se atendieron 47.775 consultas, 1.760 internaciones y 1689
operaciones.
Durante
casi seis años se logró poner en funciones una
cantidad asombrosa de hospitales, consultorios externos. Según
se pudo investigar en varias publicaciones, hasta 1946 había
en funcionamiento los siguientes espacios para la atención
del trabajador del riel: Capital Federal: Hospital Central,
clínica fisiológica, consultorios externos (Victoria
e Independencia) y farmacia central. Buenos Aires: Hospital
regional de Bahía Blanca, salas hospitales de Pergamino
y Bragado, sala primeros auxilios de Mechita y consultorios
externos de Junín.
– Santa Fe: Hospitales regionales de Rosario y Santa Fe,
clínica fisiológica de Rosario, consultorios externos
de Rosario, Gálvez y Villa Diego.
– Córdoba: Hospital regional de Córdoba,
Cosquín, Alta Gracia.
– Salta: Hospital regional de Salta.
– Tucumán Hospital regional Tucumán y consultorios
externos de Tafí Viejo.
– San Luís: médico de zona en Justo Daract.
– Entre Ríos: médico de zona en Nogoya,
Crespo y Concepción del Uruguay.
Y
desde 1946 hasta 1948 se inauguran también el servicio
odontológico en Junín se inauguran consultorios
externos en Palmira y San Juan, el hospital regional de Mendoza
(veremos luego lo que se hizo con él) y hospitales en
Paraná y Diamante (Entre Ríos), Monte Caseros
(Corrientes); salas hospitalarias en Tandil, Cruz del Eje, Basavilbaso,
General Pico, Añatuya y consultorios externos en Embarcación
y en la zona patagónica: Esquel, Jacobacci y Viedma.
También se habilitó el Hospital Regional en Jujuy
y sala de primeros auxilios en Volcán. Se abren los consultorios
ferroviarios de La Plata, Río Colorado (Río Negro),
Güemes (Salta), como también la sala Hospital San
Nicolás y el hospital regional de Mar del Plata. En medio
de estos años se funda la Dirección General de
Asistencia y Previsión social para ferroviarios según
decretos números 168 y 969/44. Los objetivos de la institución
serian la solución de todos los problemas de asistencia
y previsión social del gremio. En el libro “Historia
de los Ferrocarriles Argentinos” de Millán y otros
se dejan sentados los fines profundos de su creación:
“edificar la nueva conciencia sanitaria sobre la majestad
del concepto de cuidar preferentemente la salud, como el mayor
bien de la tierra… El porvenir es de la medicina preventiva
y por su segura senda debemos encaminar nuestros pasos”.
Da bronca leer estas bases y ver el desastre que se cometió
con la obra social ferroviaria, la liquidación de todos
sus hospitales, salas y consultorios. Estamos en el año
2009 y los trabajadores ferroviarios no tenemos nada de lo que
se logró entre los años 1940 y 1952 año
de inauguración del policlínico central ferroviario
en la zona de Retiro, hoy abandonado, saqueado y vaciado por
las distintas direcciones de los gremios y la obra social, próximo
a ser comprado por el estado al gremio en 12 millones de pesos
para realizar algún proyecto inmobiliario. Este es el
avance en la medicina preventiva actual. La verdad no. Sigamos
reconstruyendo la historia de nuestros hospitales.
Llegamos
al año 1944 y mediante los decretos 2651 y 14.533 del
6 de febrero de 1944 y el 3 de junio de 1944, el Poder Ejecutivo
de la Nación cedió una fracción de tierra
para el hospital central ferroviario. Esos lotes eran los números
9,10 y 11 de la zona c urbanizada del Puerto Nuevo de la Capital
Federal con una superficie total de metros cuadrados 24.227,4
y un subsidio de $ 1.000.000 como contribución a la obra.
Estos terrenos se transfieren “a la Unión Ferroviaria
y La Fraternidad a titulo permanente y con destino al policlínico”.
El 7 de enero de 1944 sale el decreto número 168 que
hizo obligatorio el pago de la cuota para el hospital ferroviario
por parte de todos los ferroviarios en servicio activo, que
más tarde se extenderá a los jubilados. La cuota
era de: $1 hasta sueldos de $ 200, hasta $ 5 en los sueldos
superiores de $ 450, según se pudo observar en “La
historia de la Unión Ferroviaria”. Se llega así
al 10 de Noviembre de 1944 con la colocación de a piedra
fundamental, acto presidido por el general Juan Domingo Perón,
Luis González, el general Pistarini y el coronel Mercante.
Es
el comienzo de la construcción de uno de los hospitales
más importantes de Argentina y Sud América. El
general Perón en sus palabras pronunciadas en el acto
dijo: “se realiza una labor con amor y estas obras han
de ser trascendentes como que los hijos del amor son siempre
más bellos”. ¿Qué diría Juan
Perón de lo que han dejado del policlínico central
ferroviario?
Eran épocas doradas de los ferrocarriles argentinos ya
que el 1 de Marzo de 1947 se nacionalizan los ferrocarriles
y como dice Juan Carlos Cena por primera vez la Nación
tuvo un sistema integral de transporte ferroviario. En esos
años el país cuenta con más de 46.800 km.
de vías. Al final del año 1942 en plena expansión
de la obra social los afiliados eran más de 46.150 trabajadores.
Es importante señalar que el poder ejecutivo resolvió
darle al policlínico carácter de obra pública,
encargándose el ministerio de obras públicas su
construcción.
En
abril de 1946 se terminó el pilotaje del terreno. La
licitación para tamaña obra se dio el 1 de julio
mediante el decreto número 1950 que realizó la
dirección nacional de arquitectura y se adjudicó
a la firma “Compañía General de Obras Publicas”.
La obra tuvo un costo de $ 6.786.147,37 y siendo la partida
total de $ 7.677.733 incluyendo en este presupuesto los muebles,
útiles e instrumental necesario para el hospital.
Se
habilita el 20 de abril de 1954 con 660 camas, luego con los
años llegó a contar con más de 700 camas.
Es muy importante señalar que el policlínico fue
hospital escuela donde los estudiantes hacían sus residencias.
Por el aporte de varios médicos que trabajaron en el
hospital todos coincidieron en señalar el avance tecnológico
que lo igualaba por ejemplo con el Hospital Italiano entre otros.
Fue el primer hospital que contó con una bomba de circulación
extracorpórea para operaciones de pulmón traída
de Brasil. Asistió a más de 300 pacientes en forma
simultánea, formador de médicos que con el tiempo
adquirieron sumo prestigio y sede de encuentros internacionales
sobre medicina.
Entre
muchos profesionales que pasaron por el policlínico podemos
nombrar a: Dr. Pedro Maciel, Dr. Jorge Gleni, Dra. Gloria Nitrozi,
Dr. Hugo René Mercado, Dr. Miguel Ángel Lucas,
Dr. Bianchi y Dr. Antonio Sirino con este último pudimos
conversar.
“… Me mata verlo así, es terrible. Yo lo
viví a ese hospital, era una manifestación de
gente. Vi desde lo más complejo hasta lo más simple.
Atendía 2.000 personas por mes yo solo…”
recuerda este médico que fue jefe de clínica médica
del policlínico.
El Dr., Sirino nos cuenta que en 1976 se comenzó a utilizar
la filmación en 35mm para las operaciones y estudios,
por esos años había 15 quirófanos, más
de 750 camas, 2 quirófanos de cardiocirugia más
el quirófano de guardia, Es importante recordar que el
hospital funcionaba las 24 horas. En el segundo piso había
un aula para dar conferencias, pasar películas de las
operaciones. Su capacidad era de 200 personas, a cargo de esos
cursos estaba el Doctor Guillermo Masnata prestigioso profesional
que con los años integró el equipo del doctor
Favaloro.
Toda
esta época de esplendor comienza a perderse en los primeros
años de la década del 80’, según
nos dice el Doctor Sirino “… lo manejaba gente que
no sabia. No podían manejar un hospital no sabían
ni cuanto costaba una día cama. Yo un día fui
con esa inquietud y me dijeron que no rompa las pelotas”.Todo
este manejo con el tiempo se fue profundizando, sobre todo mediante
sobreprecios en los insumos y desde ya un hecho político
característico de la década del ’80: el
abandono de toda propiedad pública, en este caso la salud.
Otra anécdota que nos aportó el Dr. Sirino es
muy grafica sobre el porque de la decadencia y el desvió
de fondos destinados al policlínico:” En un congreso
sobre el PAMI y el Hospital Ferroviario el preguntó a
los directivos si con lo que pagaba el PAMI alcanzaba para pagar
los sueldos de todos los hospitales ferroviarios. Desde la dirección
de la obra social se respondió que si. Sigo preguntando
–dice el Dr. Sirino– si el ferrocarril hacia los
aportes en tiempo y forma. Se dijo que si. Entonces entre risas
socarronas dije “entonces porqué mierda no tengo
nada de insumos”.
El
dinero siempre estuvo, la situación era a donde se destinaban
los descuentos que se hacían a los trabajadores y los
aportes de la empresa. Este método de desvió de
fondos luego se profundiza ya en los finales de los ’90,
cuando el hospital es concesionado a distintas prestadoras médicas
fantasmas que desvían los aportes hacia agujeros negros
sin que entre al hospital un solo peso y mucho menos las inversión
a la que se habían comprometido.
El
Doctor Roberto Papolio que realizó la residencia en el
año 1984, nos cuenta sobre la estructura de los pisos
haciendo hincapié en la atención psiquiatría
que tenía camas sólo para internación de
los pacientes con problemas psicológicos sin necesidad
de trasladarlos a clínicas específicas. Recuerda
emocionado que muchos de sus compañeros querían
hacer la residencia en el Ferroviario por el prestigio que tenían
sus profesionales.
Entre
los cuales se destaca al doctor Amilcar Challu, quien en el
año 1968 crea el servicio de nefrología. Para
tal propósito fue cedido el noveno piso que se hallaba
abandonado. El mismo doctor Challu dice: “que con el apoyo
de las autoridades, la industria y paso a paso fuimos construyendo
n servicio modelo, con consultorios, laboratorios, internación
y diálisis. Dictábamos cursos de postgrado, realizábamos
estudios clínicos y ensayos de drogas y llegamos a tener
residencia de la especialidad”.
Entre otros cursos que se dictaron en el Policlínico
Ferroviario pueden citarse los siguientes: Primer curso de cirugía
de urgencia auspiciado por el departamento de docencia e investigación
del Policlínico (Servicio de cirugía general A)
director Dr. Roberto De Rosa.
Primer
curso de sexología organizado por la Dra. Hebe Cattinelli.
El tercer curso de sexología también se dictó
en el Policlínico en el año 1990 con una mesa
sobre el aborto coordinada por la misma profesional arriba citada.
•
Rafael Cattáneo es un ferroviario en actividad, por supuesto,
por razones de seguridad laboral no revelamos su nombre. Este
trabajo que entregamos en forma completa fue publicado en forma
exclusiva en el libro de Juan Carlos Cena, FERROVIARIOS, SINFONIA
DE ACERO Y LUCHA – agosto del 2009. Los autores no han
cedido en forma también exclusiva esta investigación.
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