LOS
CURAS PALOTINOS
UNA MASACRE ANUNCIADA
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
11
de julio del 2017
Aquella
madrugada del 4 de julio de 1976, en Estomba 1942, a la altura
de Echeverría al 3900, sede de la tristemente conocida
Parroquia de San Patricio, se produce el ingreso de grupos
de tareas de la última dictadura militar que llevarán
adelante el fusilamiento de los curas y seminaristas de la
Comunidad de los Padres Palotinos, en aquel momento
era el barrio de Belgrano R, hoy es Villa Urquiza, Comuna
12.
Los
religiosos fueron maniatados, golpeados y fusilados por la
espalda.
LOS
ANTECEDENTES
Ojo
por ojo…
Este puede ser el planteo de los dictadores, porque dos días
antes, en la Superintendencia de Seguridad Federal estalla
una bomba que mata entre 15 y 20 policías según
las distintas fuentes.
Los
religiosos llevaban adelante un trabajo social intenso y en
el caso del padre Kelly había logrado formalizar 9
grupos juveniles. Los religiosos eran todos argentinos menos
Barbeito que con tres años había llegado con
su familia desde España.
El
lugar donde se erige la Parroquia es de un poder adquisitivo
muy importante, durante esos años y mucho después
los habitantes eran la conocida ¨oligarquía vacuna¨.
Posteriormente, el padre Favre, en nombre de la Conferencia
de Religiosos, durante la Misa de cuerpo presente concelebrada
por 150 sacerdotes y presidida por el obispo auxiliar de Buenos
Aires, monseñor Guillermo Leaden, hermano de uno de
las víctimas, denunció "las
innumerables muertes y desapariciones de las que nadie sabe
dar razón y que constituyen una injuria a Dios y a
la Humanidad".
LA
JERARQUÍA ECLESIÁSTICA
Lo que se conoce es que el entonces cardenal Aramburu y el
nuncio, monseñor Pío Laghi se entrevistaron
con la Junta Militar pidiendo explicaciones, esto fue 72 horas
después y, que la dictadura habría acusado a,
como era su discurso, "elementos subversivos" por
la masacre, que aparentemente en sus contradicciones llegó
a admitir que se trataba de grupos militares salidos de control.
En
aquella oportunidad, el cardenal y el nuncio llevaron una
carta de la Conferencia Episcopal donde afirmaban: "Nos
preguntamos, o mejor dicho la gente se pregunta a veces sólo
en la intimidad del hogar o del círculo de amigos porque
el temor también cunde: ¿qué fuerzas
tan poderosas son las que con total impunidad y con todo anonimato
pueden obrar así a su arbitrio? ¿Qué
garantía, qué derecho le queda a los ciudadanos?"
EL
PAPEL DEL PADRE KELLY
El
último sermón conocido como el ¨sermón
de las cucarachas¨ denunció sobre
cómo se apropiaban y remataban los bienes que robaban
a los desaparecidos. Por lo que se conoce, días después,
feligreses de San Patricio pedían la destitución
de Kelly por ¨comunista¨.
La historia es conocida… la madrugada, las detenciones
y asesinatos, la zona liberada por parte de la Comisaría
37 y las bravatas que decían: "Estos
zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes",
todo para justificar una masacre…
EL
PADRE KELLY escribía el 1ª de julio de 1976, porque
eran hombres al servicio de sus creencias y de la devoción
que entregaron en sus años de misioneros.
"He tenido una de las más profundas
experiencias en la oración. Durante la mañana
me di cuenta de la gravedad de la calumnia que está
circulando acerca de mí. A lo largo del día
he estado percibiendo el peligro en que está mi vida.
Por la noche he orado intensamente, al finalizar no he sabido
mucho más. Creo sí que he estado más
calmo y tranquilo frente a la posibilidad de la muerte. Lloré
mucho, pero lloré suplicando al Señor que la
riqueza de su gracia que me ha dado para vivir acompañara
a aquellos a quienes he tratado de amar, recordé también
a los que han recibido gracias a través de mi intercesión,
lloré mucho por tener que dejarlos. Nunca he dudado
que fue Él quien me concedió la gracia y tampoco
que no soy indispensable, aunque tengo mucho que decirles
aún, sé que el Espíritu Santo se los
dirá... Y mi muerte física será como
la de Cristo un instrumento misterioso, el mismo Espíritu
irá a algunos de sus hijos, pedí para que fuese
a Jorge y a Emilio, para los que me odian, para los que recibieron
a través de mí, para el florecimiento de las
vocaciones, para crear hombres dentro de la sociedad que sean
necesarios, los que Él desea. Me di cuenta entre mis
lágrimas de que estoy muy apegado a la vida, que mi
vida y mi muerte, su entrega, tiene por designio amoroso de
Dios, mucho valor. En resumen: que entrego mi vida, vivo o
muerto al Señor, pero que en cuanto pueda tengo que
luchar por conservarla. Que seré llamado por el Padre
en la hora y modo que Él quiera y no cuando yo u otros
lo quieran. Ahora, justo en este momento estoy indiferente,
me siento feliz de una manera indescriptible. Ojalá
que esto sea leído, servirá para que otros descubran
también la riqueza del amor de Cristo y se comprometan
con Él y sus hermanos, cuando Él quiera que
se lea. No pertenezco ya a mí mismo porque he descubierto
a quien estoy obligado a pertenecer. Gracias Señor".
LAS
BRAVATAS DICTATORIALES
Por
los camaradas dinamitados en Seguridad Federal. Venceremos.
Viva la Patria.
Luego de asesinar a los sacerdotes y seminaristas escribieron
en una alfombra:
Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores
de mentes vírgenes y son M.S.T.M.
La sigla MSTM corresponde al Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo.
Sobre el cuerpo de Salvador Barbeito los asesinos pusieron
un dibujo de Quino, tomado de una de las habitaciones,
en el que Mafalda aparece señalando el bastón
de un policía diciendo: «Este es
el palito de abollar ideologías».
Al
día siguiente, el 5 de julio de 1976, el diario La
Nación publicó una crónica sobre
la masacre que incluía el texto de un comunicado del
Comando de la Zona I del Ejército que decía:
Elementos subversivos asesinaron cobardemente
a los sacerdotes y seminaristas. El vandálico hecho
fue cometido en dependencias de la iglesia San Patricio, lo
cual demuestra que sus autores, además de no tener
Patria, tampoco tienen Dios.
Ese mismo día, 5 de julio de 1976, se
celebró en la iglesia de San Patricio una misa por
los religiosos asesinados. A la misma se presentaron altas
autoridades militares y más de tres mil fieles. En
el sermón pronunciado por el padre palotino
Roberto Favre, parcialmente publicado al día siguiente
por el diario Clarín, sostenía:
No puede haber voces discordantes en la reprobación
de estos hechos. Tenemos necesidad de buscar más que
nunca la justicia, la verdad y el amor para ponerlas al servicio
de la paz... Hay que rogar a Dios no sólo por los muertos,
sino también por las innumerables desapariciones que
se conocen día a día... En este momento debemos
reclamar a todos aquellos que tienen alguna responsabilidad,
que realicen todos los esfuerzos posibles para que se retorne
al Estado de Derecho que requiere todo pueblo civilizado.
El
entonces nuncio apostólico en la Argentina, Pío
Laghi, concelebró la misa y le dijo ese mismo día
a Robert Cox, según el testimonio del director
del diario Buenos Aires Herald: Yo
tuve que darle la hostia al general Carlos Guillermo
Suárez Mason. Puede imaginar lo que siento como cura...
Sentí ganas de pegarle con el puño en la cara.
Otro
de los momentos fue cuando en agosto de 1976 un
grupo armado secuestró por unas horas a Mariano
Grondona, abogado y periodista. Al liberarlo sus captores
le indicaron que debía llevar un mensaje a los obispos:
que si seguían tolerando a sacerdotes de izquierda «proseguirían
los episodios como el de los palotinos y sufrirían
una escalada hacia la jerarquía eclesiástica».
El periodista les dio el mensaje al nuncio y al vicario castrense
Monseñor Tortolo, pero Grondona no hizo denuncia alguna
del secuestro ni puso el hecho en conocimiento de la justicia
hasta 1984.
En
la segunda parte: Investigaciones judiciales, el pedido de
beatificación, las palabras del Arzobispo Jorge Bergoglio
y del Cardenal Mario Poli y la carta de Pío Laghi.
FUENTES:
diarios Clarín, La Nación, Vatican Inseder,
Palotinos 4 de julio, fuentes varias y propias.
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