CESAR
VALLEJO
ESCRITOR,
PERIODISTA Y POETA PERUANO
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
1º
de noviembre del 2013
Su
nombre completo era César Abraham Vallejo Mendoza, nace
en Santiago de Chuco, República de Perú el 16
de marzo de 1892 y muere en París, Francia, el 15 de
abril de 1938.
Fue
poeta y escritor peruano considerado entre los más grandes
innovadores de la poesía del siglo XX.
El
crítico Thomas Merton sostuvo que: "el más
grande poeta universal después de Dante".
Vallejo
publicó en Lima, capital del Perú, sus dos primeros
poemarios: Los heraldos negros en 1918, que reúne poesías
que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación
modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda
de una diferenciación expresiva. El otro importante fue
Trilce, en 1922, obra que significa ya la creación de
un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la
irrupción del vanguardismo a nivel mundial.
Al
año siguiente, en 1923, dio a la prensa su primera obra
narrativa: Escalas, esta obra es una colección de estampas
y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió
hacia Europa, para no volver más a su Patria.
César
Vallejo residió hasta su muerte en París, con
algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas
en las que estuvo de paso.
Como
muchos escritores de narrativa tuvo que vivir del periodismo,
oficio que complementó con trabajos de traducción
y docencia. En esta última etapa de su vida no publicó
libros de poesía, aunque escribió una serie de
poemas que aparecerían póstumamente.
Los
otros libros que publicó en prosa fueron: la novela proletaria
o indigenista El tungsteno, en Madrid, 1931 y el libro de crónicas
Rusia en 1931, Madrid. Por entonces escribió también
su más famoso cuento, Paco Yunque, que fue publicado
años después de su muerte.
Los
poemas publicados luego de su muerte fueron agrupados en dos
poemarios: Poemas humanos y España, aparta de mí
este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño
de su viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en
estos últimos poemarios es de corte social, con esporádicos
temas de posición ideológica y profundamente humana.
Para muchos críticos, los “poemas humanos”
constituyen lo mejor de su producción poética,
que lo han hecho merecedor del calificativo de “poeta
universal”.
MASA
CÉSAR
VALLEJO
31
de octubre 2013
Al
fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la
vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...
Y
SI DESPUÉS DE TANTAS PALABRAS...
¡Y
si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber
nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!
¡Y
si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
Se
dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!
ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE
CÁLIZ
Niños
del mundo,
si cae España ?digo, es un decir?
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!
¡Niños
del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!
Si
cae ?digo, es un decir? si cae
España, de la tierra para abajo,
niños ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!
Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que está
en su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera, aquella de la trenza;
la calavera, aquella de la vida!
¡Bajad
la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae ?digo, es un decir?,
salid, niños, del mundo; id a buscarla!...
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varias.
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