¨Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización¨.

Domingo Faustino Sarmiento

Jueves 19 Julio, 2018 19:41

 

SOCIEDAD INFORMES / INVESTIGACIONES

PÁGINA INICIO // MAPA DEL SITIO // HISTORIA Y POLÍTICA

 

EL GLOBO PAMPERO SE PIERDE EN EL MAR

Producción de Latitud Periódico

12 de julio del 2016

En 1980, el diario La Razón cumplía 75 años de existencia. El 1° de marzo de 1905 aparecía su primer número. Su fundador Emilio Morales. Su formato era la denominada sábana vieja.

En 1908 se escribe una historia de la aeronáutica nacional, en tal sentido el diario La Razón decide una publicación por sus 75 años y en una de sus partes realiza la crónica de lo acaecido en aquel día luctuoso…

¨Se escribió en 1908 una de las páginas más emocionantes de la historia aeronáutica del siglo.

Era la época en que los argentinos parecían inspirados por la proximidad del Centenario de la gloriosa Revolución de Mayo. El espíritu patriótico animaba una juventud que rivalizaba en el cumplimiento de hazañas que enorgullecían al país, y Eduardo Newbery, hermano de Jorge, era también un entusiasta de los deportes y si éstos eran peligrosos, más todavía.

Por eso le gustaban los viajes en globo que, por entonces, estaban en boga. El campo de la Sociedad Sportiva Argentina, donde también se jugaban los importantes partidos de fútbol de la época, era el escenario obligado para esa clase de pruebas.

Allí se reunían los jóvenes que participaban en esa especie de conquista del aire que significaban los viajes en globo y de allí salían para realizar travesías, más o menos cortas o largas.

Lo importante era desafiar al aire y vencerlo con los elementos con que se contaba en la época.

Fue el 17 de octubre. Ese día como decimos, se escribió una página emocionante y luctuosa.

En el solar de la Sociedad Sportiva Argentina se preparaba el inflado del globo Pampero, en el que iba a efectuar una de las tantas ascensiones Eduardo Newbery, socio del flamante aeroclub.

Eduardo Newbery había invitado a su amigo Tomas Owen, destacado yatchman para que lo acompañara en el vuelo. Demandó varias horas la tarea de inflar el globo y, por fin, cuando estuvo listo, el acompañante no llegaba, por lo que la partida se demoró.

Cuando se tuvo la seguridad de que Tomas Owen no vendría para cumplir con la invitación, Newbery decidió realizar de todos modos el vuelo, al cual invitó al sargento Eduardo Romero que procedía de El Palomar para ponerse a las órdenes de Newbery, había entregado a éste una canasta llena de palomas mensajeras.

Romero no hizo repetir la invitación. Como si la hubiese estado esperando, de un salto se encontró dentro de la barquilla, listo para la aventura. Unos minutos más tarde el globo comenzó la ascensión.

Los aeronautas fueron despedidos con jubilosas expresiones de entusiasmo de quienes se encontraban en el campo de la Sportiva. Los vecinos de Palermo y Belgrano subieron a las azoteas de sus domicilios para saludar a los viajeros, sin sospechar que esa era la despedida definitiva.

El globo se fue elevando hasta que se perdió de vista. Luego, la espera, la interminable espera, que, con el correr de las horas se fue haciendo angustiosa. Y llegó la noche sin que volvieran a tener noticias del pampero.

Ninguna de las palomas de Newbery había llegado de regreso con el mensaje esperado. Ni una sola noticia. Ni esa noche ni los días sucesivos, nada, nada, nunca más se volvió a saber del Pampero desde aquella tarde.

Toda la población de Buenos Aires, y aun del país, vivió horas angustiosas por la suerte de Newbery y Romero.

Pero los días transcurrieron sin que llegara la noticia esperada, sólo rumores. Alguien dijo que se le había avistado frente a las costas del Brasil. Por lo que se supuso se habían caído al mar.

Algún tiempo después se dijo que cerca de Montevideo se habían hallado restos del Pampero. Pero en concreto nada.

Lo único real, lo único trágico, es que el Pampero no volvió y que tampoco regresaron sus tripulantes. Después comenzaron a tejerse toda clase de relatos novelescos.

Hubo muchos que escribieron sobre la probable suerte del Pampero y se hicieron eco de rumores que no tenían fundamento alguno. Y pasaron los años sin que el misterio pudiera develarse.

Desde entonces el nombre del Pampero y los de sus tripulantes quedaron como símbolo de la conquista del aire en la que luego habrían de ir cayendo muchos mártires de la aviación¨.

FUENTE: Publicada en una edición especial del diario La Razón en 1980, que en aquel momento cumplía 75 años.

Caracteres: 4287

2018: Año Internacional de la Biología Matemática

2018 el tercer Año Internacional de los Arrecifes

stylish fancy counters
CONTADOR LATITUD PERIODICO

contador

 

Latitud Periódico / Derechos de autor 2009 - 2013 / Correo electrónico: noticias@latitudperiodico.com.ar / REGISTRO NACIONAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL: 5119443