SE
CUMPLEN TRES MESES DEL ASESINATO DE LEONARDO ANDRADA
FERROVIARIO
Y RESISTENTE DURANTE LAS ÚLTIMAS HUELGAS FERROVIARIAS
1991 – 1992
Por
Juan Carlos Cena y Elena Luz González Bazán
* MONAREFA especial para Latitud Periódico
10
de mayo del 2013
El
9 de febrero pasado, en horas de la madrugada, Leonardo
Andrada fue asesinado de cuatro tiros, uno de ellos en
la nuca, en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires,
cuando esperaba el colectivo para ir, como lo hacía
habitualmente, a desempeñarse como maquinista del
ferrocarril Sarmiento.
Este
es un día de recordatorio, pero fundamentalmente
de reflexión.
La primera reflexión es penosa porque ninguna página,
órgano, periódico de las autodenominadas
vanguardias proletarias lo han recordado. No han mencionado
el vil asesinato de un obrero; de un proletario honesto,
coherente, valiente, lleno de abnegaciones. Un trabajador
ferroviario responsable frente a su trabajo que desbordaba
solidaridad.
Hemos
querido demorarnos un día para publicar este recordatorio
esperando vanamente. Ni los organismos de derechos humanos,
intelectuales, movimiento de desocupados, nadie; el Cuerpo
de delegados del Sarmiento, la Fraternidad… nadie…
El olvido es una herramienta de las clases dominantes…
Es
el asesinato de un obrero, un trabajador, solo han reproducido
un miserable silencio, aberrante silencio donde, salvo
quienes reprodujeron nuestro primer comunicado por Leonardo
Andrada y los grandes medios que se ocuparon de la noticia,
durante más de tres días, posteriormente,
nadie se preocupó de seguirla e indagar sobre este
asesinato.
Lo
decimos con ironía: Leonardo tiene la culpa; peca
en su vida por no haber estado afiliado a ningún
partido político. En consecuencia, no sirve para
enarbolarlo como bandera utilitaria como hicieron irrespetuosamente
con Mariano Ferreyra.
El
poder judicial no ha emitido ni un esbozo de queja, menos de
investigación.
Nosotros
no declamamos los Derechos Humanos, hemos sido fieles al mandato
de exigir justicia ante todos los hechos aberrantes: durante
todas las dictaduras, recomponiendo el largo trayecto de una
nómina triste de 111 detenidos desaparecidos y asesinados
ferroviarios y ferroportuarios, entre 1975 y 1983. Labor penosa
y dolorosa que en algún momento se la quiso apropiar
alguno de estos pseudos representantes gremiales.
Por
ello, reclamamos justicia por Jorge Julio López, Mariano
Ferreyra, los muertos y heridos en todos los denominados accidentes
ferroviarios y la masacre de Once, entre tantos otros. A esta
lista, debemos agregar nuestra participación y solidaridad
con las comunidades originarias, hoy tan denostadas y golpeadas.
Hoy,
demandamos justicia por LEONARDO ANDRADA.
LEONARDO
ANDRADA
Leonardo
fue un experimentado ferroviario, un conductor de locomotoras
que quedó, como otros 85.000 ferroviarios, en la calle,
cuando el gobierno de Carlos Menem determinó que ramal
que paraba, ramal que cerraba. Realidad que hay que decirlo
no se ha modificado.
Su
excelencia laboral, junto a otros conductores, lo llevó
a que durante el 2006 y 2007 fueran convocados al ferrocarril
concesionado, en tal sentido, la empresa TBA lo llamó
para volver a conducir formaciones ferroviarias.
Era
la experiencia y la capacidad para el oficio lo que hizo que
estos resistentes de la huelga de 1991 y 1992 fueran citados
a trabajar en el ferrocarril nuevamente.
Entregó
la formación antes de la masacre de Once, testificó
con la verdad de su conocimiento y discernimiento.
Leonardo
es un compañero que conocemos hace muchos años,
estuvo cuando en el Centro Cultural el Transformador, aquel
31 de julio del 2004, se conformó la Coordinadora Nacional
por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos que
luego mudó como MONAREFA (Movimiento Nacional por la
Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) el 9 de
octubre de ese año.
Desde
aquellos días es parte de nosotros…
Este
desenlace no es el que queremos y por ello, aunque seamos la
única voz, seguiremos reclamando por Leonardo Andrada…
Porque
permitir que este desenlace sea permanente nos hará cómplices
del silencio y de la fiesta de la corrupción que está
enquistada…
Tenemos
dolor, un profundo dolor. Hoy a tres meses este dolor se acrecienta.
Aunque
estamos acostumbrados a que nos inunden con los panegíricos
de figuras tanto de la política y la farándula
cuando mueren, en igual sintonía, siempre se es consecuente
con que se hable muy poco de los trabajadores.
A
Leonardo, en lugar de rendirle homenaje, le rendimos cuenta,
qué estamos haciendo para esclarecer su asesinato y que
seguiremos haciendo cuando las injusticias se cobran todos los
días más y más vidas…
Los
derechos humanos no se pueden seguir declamando, son parte de
la esencia de la vida misma y del compromiso coherente que debemos
tener siempre… eso si, sabemos que no es sencillo ponerlo
en ejecución…
Nosotros sus compañeros decimos
con el
¡Mi voz, la que esta gritando!
Mi sueño, el que sigue entero.
Y sepan que solo muero
si ustedes van aflojando.
Porque el que murió peleando,
¡VIVE EN CADA COMPAÑERO!”
•
Miembros fundadores del MONAREFA.
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