HABLEMOS
DE PALACIOS
DE
LOS PATOS, LOS GANSOS Y CARÚ
Parte I
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
7
de noviembre del 2013.Actualizado el 3 de febrero del 2016
Buenos
Aires es una ciudad llena de simbolismos, historia, arquitectura
y la muestra de su identidad, que no implica que sea la identidad
de toda Argentina. Su memoria histórica está bastante
derruida, por ello, estos monumentos de la historia nacional,
en este caso, de Buenos Aires, nos pone en antecedente de una
tradición de las clases poderosas que perpetuó
su omnipresencia.
EN
EL ARCÓN DE LOS RECUERDOS PORTEÑOS
EL
PALACIO DE LOS PATOS
Esta
obra arquitectónica está ubicada en Ugarteche
3050, ocupa media manzana y data de 1929, año de la depresión.
Su
entrada es majestuosa, está en Ugarteche y tiene varios
cuerpos con grandes patios interiores.
En
el lunfardo, los patos son pobres, y esta forma de denominarlos
provino de esa realidad cultural, los porteños lo apodaron
y el tilde se mantuvo por décadas.
Esta
historia de las familias ¨venidas a menos¨ que la habitaron
durante el tiempo de la depresión, la crisis mundial
de 1929, originada en Wall Street, repercutió en nuestro
país.
Viene
a mi memoria las anécdotas de mi mamá sobre aquellos
¨patos¨ venidos a menos que fueron auxiliados por los
mismos congéneres de su clase que los cobijaron en aquellos
años.
RECONSTRUIR LA HISTORIA
Documentación
es exigua, queda, para saber los orígenes del edificio,
el testimonio de Manuel Chopitea, hijo de Alfredo Chopitea.
Era una inmobiliaria que administraba sus propiedades, cierre
en la década del 70 y los documentos de aquellos edificios
estaban allí archivados (planos originales, lista de
inquilinos, escrituras y muchos más) se afirma que se
los llevó un botellero, precursor de los actuales cartoneros.
No
se encontró los expedientes de la obra que estaban en
la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
En
tal sentido sirvieron entrevistas y la documentación
que se ubicó, con esto se reconstruyó la historia
del Palacio de los Patos.
Manuel
Chopitea recuerda que su familia viajaba frecuentemente a Europa.
En uno de los paseos que hacía su padre por las calles
de París, vio un edificio que lo fascinó y ahí
mismo nació la idea de construir uno igual en Buenos
Aires.
La
recorrida sigue con la búsqueda del arquitecto que había
construido ese edificio y lo contrató para que en Buenos
Aires diseñara un edificio así. Ese arquitecto
era Henri Azière. Basado en las dimensiones del terreno
dadas por Alfredo Chopitea, Azière confeccionó
los planos del edificio.
El
viaje de regreso se hace en el verano de 1926, los planos, recuerda
Manuel Chopitea, los traía su madre con sus otros tres
hermanos y él, en un tubo de hojalata, el buque en el
cual regresaron se llamaba Andes, habían estado cuatro
años en Suiza, porque su madre había estado enferma.
Esos
son los planos que recibe Alfredo Chopitea que no eran como
esperaba. El futuro edificio tenía menos departamentos,
pero de mayor tamaño y el patio central era más
ancho, más que patio era una calle. En cuanto a los patios
interiores eran de menor dimensión, solamente eran espacios
para aire y luz.
Julio
Senillosa fue el arquitecto contratado por el propietario para
modificar los planos, donde se aumentó el número
de unidades y los espacios de los patios interiores se ampliaron
para dar más aire y luz a los departamentos.
LOS
ACTORES
Estos
actores fueron los que se plantearon, costearon y diseñaron
el Palacio de los Patos. Por eso, de los planos de Henri Azière
se conservó el estilo de las fachadas.
En
el interior fue su otro diseñador, Senillosa quien dejó
reflejado sus convicciones arquitectónicas: la arquitecta
de las viviendas que debían satisfacer las necesidades
de sus habitantes. Con estos dos planteos estructurales, el
resultado final estaba en los intereses económicos de
Alfredo Chipitea, por eso los entendidos sostienen que se combinó
lo económico el dogma académico de Azière
y la sensibilidad social de Senillosa.
Lo
que nadie, ninguna fuente se preocupa en destacar es el otro
sujeto social constructor de este palacio: los obreros de la
construcción que llevaron adelante dicho emprendimiento.
No
es un detalle menor… es una actitud despreciativa.
Segunda
Parte: Terreno, leyenda y destinos… del Palacio de los
Patos.
Producción
compartida con Haydeé Dessal.
Caracteres:
4259
RELACIONADO
CON:
HABLEMOS
DE PALACIOS PARTE I
HABLEMOS
DE PALACIOS PARTE II
HABLEMOS
DE PALACIOS PARTE III
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