PALACIO
UNZUE
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud
Periódico
30
de octubre del 2013. Actualizado el 2 de febrero del 2016
El
Palacio Unzué fue utilizado como residencia presidencial
por Juan Domingo Perón, luego, de su derrocamiento, fue
demolida, exactamente en 1956. El pico y pala, la piqueta dictatorial
derribó una parte de la historia nacional.
En
el tiempo que fue residencia presidencial, hace unos 60 años,
el dormitorio se encontraba en el primer piso, a un lado de
la habitación que daba al frente había otro espacio
que estaba destinado al vestidor. Hacia uno de los costados
estaba una pequeña terraza desde donde se podía
observar el parque, con más de 20.000 metros cuadrados,
que tenía árboles, plantas, oxígeno…
un pulmón verde impresionante, entre esos árboles
había pinos y gomeros.
El
Palacio Unzué era un caserón de estilo afrancesado,
recostado sobre la medianera de la calle Agüero, con una
galería de entrada flanqueada por columnas, con vista
al entonces cercano Río de la Plata. Las estatuas que
adornaron sus jardines pueden verse hoy en el Parque Lezama.
La
escalera de mármol tenía forma de “Y”,
y llevaba a las alas derecha e izquierda de la planta, que se
asomaban a un balcón desde el cual podía observarse
la planta baja de la mansión. También había
un ascensor que se encontraba del otro lado de la casa, entre
la biblioteca y el salón dorado.
En
ese Palacio Unzué, en aquel primer piso, fallece el 26
de julio de 1952, María Eva Duarte de Perón. Muchos
sostienen que se terminó una vida y nació la leyenda
de “esa mujer” a quien, seis décadas después,
millones de argentinos siguen teniendo como bandera de una convicción
política.
El
30 de julio del 2012, en uno de los tantos portales que hablan
sobre esta residencia afirman: La residencia fue demolida en
1956 con un solo objetivo: impedir que el edificio y sus jardines,
que abarcaban un terreno de casi tres manzanas, se convirtiera
en un memorial de procesión y veneración para
aquella figura y su marido, Juan Perón, derrocado un
año antes.
El
Unzué estaba ubicado donde hoy está la Biblioteca
Nacional, en la avenida Las Heras y Austria.
La
residencia Unzué era de estilo francés, como muchas
de aquel siglo XIX, con estilo académico francés,
líneas de influencia italiana. Otra fisonomía
del palacio Unzué eran los techos de pizarra y una gran
galería con columnas en la planta baja, a la que se llegaba
por una corta escalera de mármol. Instalada sobre una
barranca natural, era una mansión de fisonomía
impactante.
ANTES
DEL PALACIO
A
comienzo del siglo XIX, el río estaba muy cerca de estos
terrenos. Las mujeres concurrían a lavar la ropa en la
ribera y por las actuales calles Agüero y Austria pasaban
los carros que depositaban la basura en la zona más baja.
Al
barrio lindero se dice que llevó el nombre de Tierra
del Fuego, quizá porque eran frecuentes las fogatas en
los basurales. Estos terrenos estaban colindantes con los de
la familia de Cornelio Saavedra y Pearson, con grandes extensiones
cultivadas por arados.
Se
enviaba a un denominado mandadero a caballo para que fuera a
buscar a la ciudad el pan. Luego Mariano Saavedra, hijo de Cornelio,
edificó sobre la Avenida Alvear (hoy Avenida del Libertador)
una vivienda y comenzó la parquización del terreno
circundante.
En
1887 le vendió el predio a un acaudalado ganadero, Mariano
Unzué, quien construyó allí un palacio
de línea francesa que destinó a residencia de
verano. Se casaron Elena Unzué y Alfredo Peña
y se inauguró el sistema de luz eléctrica.
Por
allí pasaron de visita algunos presidentes argentinos
como: Mitre, Roca, Quintana y Sáenz Peña.
LA
FAMILIA Y SUS CONSTRUCTORES
La
mansión fue construida en 1887 por pedido de Mariano
Unzué y su esposa Mercedes Baudrix, la utilización
era familiar. Algo común y tradicional para las familias
de aquel tiempo.
El
Palacio fue expropiado por el Estado para saldar deudas, mediante
la ley 12.352 de 1937. La intención era destinarlo a
vivienda de los presidentes quienes hasta entonces residían
en un edificio en Suipacha 1034. Cuentan que Ramón S.
Castillo, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell usaron
el Palacio Unzué en los fines de semana. Después
de las elecciones de febrero de 1946, allí se instalaron
Perón y Evita. Y se recuerda que muchos muebles valiosos
y elementos de decoración que estaban en la residencia
de Suipacha fueron llevados hacia el palacio.
Apenas
producido el golpe de Estado, el 16 de septiembre de 1955, el
gobierno de facto decide que se realicen visitas al palacio
y ahí se observe el vestuario y las pertenencias de Eva
Duarte de Perón, intentando afectar la imagen de Evita.
Claro, lo que la dictadura no dijo fue que todo ese vestuario,
joyas y mucho más desaparecieron, y no fue justamente
Evita la que se llevó todo a la tumba…
Luego
llegó el tiempo de la demolición.
El
28 de enero de 1958, el gobierno de Aramburu decretó
la demolición de la residencia, y en 1960, el gobierno
de Arturo Frondizi decretó que en el solar se levante
la Biblioteca Nacional, que hasta entonces funcionaba en un
viejo edificio de la calle México.
LO QUE SE SALVÓ
En
primer lugar: el frente de la chimenea que estaba en el despacho
presidencial, hoy está en el actual despacho en la Residencia
de Olivos. El piano Steinway & Sons, comprado por el Estado,
en Nueva York en 1910, se conserva en el Museo del Bicentenario,
en la Casa Rosada.
En
cuanto a los árboles, muchos de ellos sobrevivieron y
ahora están en la plaza Eva perón. Hay plátanos,
magnolias, pinos, algunos cedros, tipas y palmeras. Asimismo
se encuentra el monumento que recuerda a Evita y es la obra
del artista Ricardo Gianetti. El mismo es un gran pedestal de
piedra y granito en el que se sostiene la escultura de bronce
que muestra a la figura de la abanderada de los humildes caminando,
avanzando. Aunque no estaba terminado, se inauguró en
diciembre de 1999 y unos años después se hizo
la inauguración definitiva.
La
obra que se proyectó fue la que levantaría en
la zona de la Recoleta, pero esta no se hizo.
FUENTES:
varias.
Caracteres:
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"Aunque
la verdad este en minoría, sigue siendo la verdad".
M. Gandhi.